lunes, 7 de noviembre de 2011

Avergonzado


El horror nos sorprende imaginando
los sacrificios humanos que otrora
en nombre de Baal, Quetzalcoatl o Yavé
los sacerdotes, políticos o reyes
realizaban por supuestos favores
para el pueblo y su futuro obtener.

Sin embargo contemplamos impasibles
cuando argumentos similares nos presentan
la hecatombe de un pueblo y su legado
ofrecido al altar del dios Mercado.

Superstición! Ignorancia! Declamamos
señalando con el dedo antiguos ritos
que perduran con astucia transformados
en terrible herramienta del poder.

Ifigenia en Grecia esta encarnada,
por su padre a los dioses inmolada,
para vientos favorables obtener....
tal es la tragedia a que asistimos
movidos por el miedo o por la fe,
en las que siempre el poder se perpetua
diciendo de los dioses ser su voz..

Dolor de mil muertes cotidianas
desolación y rabia por la infamia
furia callada que no entiende
que el grito agonizante de lo humano
no venza a la sordera del Mercado