lunes, 1 de abril de 2013

In Memoriam


El recuerdo es un fuelle que aviva el fuego de las emociones retenidas, la inevitable lágrima es la escencia destilada del dolor de ausencia y la nostalgia se instala anidando en el corazón entre suspiro y suspiro. El tiempo, ilusión vana, se nos impone rotundamente en hechos que evidencian nuestra fragilidad, robándonos lo que queremos, congelando en la memoria instantes de un pasado compartido, momentos de sonrisas y miradas. Todo queda allí, detenido..., en un recóndito lugar inaccesible, como llave de un hogar al que nunca tornaremos... y sin embargo, a pesar de todo, hay algo vivo en ello, como la alquimia que transforma a un buen vino con los años aún estando cautivo en la botella, del mismo modo todo: errores, rencores, ofensas o heridas se decantan, precipitan y se pierden hasta el fondo en el olvido quedando ese elixir de amor, ternura, cariño y soledad que al evocar nos embriaga y nos tortura.