martes, 29 de diciembre de 2009

El PIB y la economía de la felicidad

Nuestro Producto Nacional Bruto (PNB) incluye la polución del aire y la publicidad de cigarrillos, y las ambulancias que atienden los accidentes mortales en nuestras autopistas.

Cuenta la fabricación de las cerraduras de nuestras puertas y las cárceles para la gente que las fuerzan; la destrucción de nuestros bosques y la pérdida de bellezas naturales que provoca el caótico crecimiento urbano; y los programas de televisión que ensalzan la violencia para vender luego juguetes a nuestros hijos. Pero no toma en cuenta la salud de nuestros hijos, la calidad de su educación o la alegría de sus juegos. En suma, "el PNB mide todo, menos aquello que da valor a la vida".

Esta cita contra el uso del PNB como indicador de bienestar social, aunque la tomo del reciente libro de Peter Ubel La Locura del Mercado, no procede de ningún enardecido ecologista enemigo de la globalización ni de ningún acérrimo defensor de la lucha contra el cambio climático: las pronunció, hace ya más de 40 años, Robert Kennedy en un discurso en la Universidad de Kansas en marzo de 1968.

Del PIB al progreso social
El uso del Producto Interior Bruto (PIB) y de su valor per capita como indicador sintético del bienestar social no es una simplificación de la que se pueda culpar a los estadísticos que en los años 30 idearon los sistemas modernos de cuentas nacionales.

Porque su principal inspirador, Simon Kuznets, alertó al Congreso americano en 1934, cuando presentó el concepto de PIB, de que la magnitud medía sólo, con pequeñas excepciones, aquellas actividades productivas que tenían reflejo en transacciones monetarias y, en consecuencia, tenía un valor limitado: "La capacidad de la mente humana para resumir una situación compleja mediante una característica compacta es peligrosa: el resultado concreto de las magnitudes cuantitativas hace que atribuyamos con frecuencia, de forma errónea, una gran precisión y simplicidad al objeto que pretenden medir".

A pesar de la advertencia de Kuznets, desde finales de la Segunda Guerra Mundial la política económica de los países se fijó como norte el crecimiento del PIB por habitante, en el entendimiento de que llevaba aparejada una mejora del bienestar social. Desde los años 70, no obstante, esa asociación mecánica entre crecimiento económico y bienestar social fue puesta en tela de juicio desde tres perspectivas:

· La de los ecologistas y medioambientalistas, para quienes la obsesión con el crecimiento del PIB –una magnitud que ignora el valor social atribuible a la biodiversidad del hábitat o a la preservación del medio ambiente– ha provocado el deterioro del medio ambiente y la falta de atención a la sostenibilidad medioambiental del crecimiento económico. Dentro de esa tradición hay que encuadrar el trabajo pionero de dos grandes economistas, James Tobin y William Nordhaus, que ya en 1972 propusieron un indicador económico más amplio que el PIB que denominaron 'Medida de la Riqueza Económica'.

· La de los teóricos del 'desarrollo humano', que, asentados en las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros organismos internacionales, consideraban necesario complementar las mediciones del PIB con otros indicadores cuantitativos de bienestar social. Uno de los más conocidos es el Human Development Index, que desde 1990 mezcla variables como la esperanza de vida o la tasa de escolarización con el logaritmo del PIB per cápita (lo que atenúa mucho el efecto del crecimiento de esta variable……).

· La de los economistas y psicólogos que, con el premio Nobel Daniel Kahneman a la cabeza, herederos del utilitarismo de Jeremy Bentham, consideran posible evaluar directamente mediante encuestas y otras técnicas el "bienestar subjetivo" (subjective well-being) de los ciudadanos. Aspiran a explicar la 'paradoja de Easterlin' –esto es, que el nivel de bienestar manifestado por los ciudadanos en las encuestas se haya mantenido constante en los países industriales durante varias décadas, a pesar del gran crecimiento del PIB per cápita– sirviéndose del concepto de ‘adaptación’, que lleva a que el bienestar lo juzguemos en términos relativos, por comparación a un nivel que tomas de referencia.

Economía de la felicidad
Tales visiones críticas del PIB como medida del bienestar social alumbraron durante esta última década la llamada 'Economía de la felicidad', popularizada en 2005 por el respetado economista británico Richard Layard en su libro Happiness. Lessons from a New Science. También llevaron a que la OCDE lanzara en 2004 el llamado World Forum on Statistics, Knowledge and Policy e impulsara en 2007 la 'Declaración de Estambul', que instó a todos los países miembros y a sus institutos de estadística a "llevar a cabo la medición del progreso social, yendo más allá de medidas económicas convencionales, como el PIB per cápita".

El presidente Sarkozy hizo suyas tales ideas, y en enero de 2008, tras subrayar "la brecha creciente entre el progreso que muestran las estadísticas y las dificultades crecientes que experimentan los franceses en su vida cotidiana", encomendó a una comisión, dirigida por el premio Nobel Joseph Stiglitz, que estudiara esa brecha.

El Informe Stiglitz, publicado el pasado septiembre, concibe el bienestar social como una variable con ocho grandes dimensiones, que además de los estándares materiales de vida (medidos por la renta, el consumo y la riqueza) contiene otras siete dimensiones: la salud, la educación, el trabajo y otras actividades personales, la participación política y buen gobierno (polítical voice and governance), las relaciones y conexiones sociales entre los ciudadanos (esto es, el 'capital social'), las condiciones medioambientales, presentes y futuras, y, en fin, la inseguridad, tanto económica como física.

10 hitos científicos para una década

En una década en la que hemos visto fracasar estrepitosamente las cumbres globales en las que debían haberse alcanzado acuerdos para reducir el cambio climático, en la que hemos visto también las enormes carencias y verguenzas del sistema económico mundial, conduciéndonos a la mayor crisis mundial jamás vista, aún habiendo antepuesto el desarrollo económico a la conservación del planeta... en la misma década que todo eso y a pesar de ello, y de no ser siempre escuchada porque no interesa, la ciencia es la única dimensión humana que siempre crece, que siempre se perfecciona, les guste a todos o no:
10 hitos científicos para una década:
2009: año internacional de la astronomía:

lunes, 21 de diciembre de 2009

Más que humano




Las siguientes son fotos de un Oso Polar jugando con un perro de trineos, esto tuvo lugar en Churchill, provincia de Manitoba, Canadá. El Oso apareció de repente y luego visitó a los
perros para jugar con ellos todos los días que estuvieron allí.
Luego encontre también un link a una filmación en la que se ve que este comportamiento amistoso entre perros y Osos Polares. Los humanos no pudimos ponernos de acuerdo en Copenhagen, viendo estos comportamientos entre animales me hace pensar cuanto nos hemos alejado de la naturaleza y de
su comprensión debido a la cantidad de prejuicios que hemos forjado.

No dejeis de ver este video: http://alt1040.com/11752

jueves, 17 de diciembre de 2009

La Biblioteca de Babel




El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas. A izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades fecales. Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto. En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ta qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito... La luz procede de unas frutas esféricas que llevan el nombre de lámparas. Hay dos en cada hexágono: transversales. La luz que emiten es insuficiente, incesante.
Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud; he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos; ahora que mis ojos casi no pueden descifrar lo que escribo, me preparo a morir a unas pocas leguas del hexágono en que nací. Muerto, no faltarán manos piadosas que me tiren por la baranda; mi sepultura será el aire insondable: mi cuerpo se hundirá largamente y se corromperá y disolverá en el viento engendrado por la caída, que es infinita. Yo afirmo que la Biblioteca es interminable. Los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una forma necesaria del espacio absoluto o, por lo menos, de nuestra intuición del espacio. Razonan que es inconcebible una sala triangular o pentagonal. (Los místicos pretenden que el éxtasis les revela una cámara circular con un gran libro circular de lomo continuo, que da toda la vuelta de las paredes; pero su testimonio es sospechoso; sus palabras, oscuras. Ese libro cíclico es Dios.) Básteme, por ahora, repetir el dictamen clásico: «La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible».


 Ficciones
Jorge Luis Borges







lunes, 14 de diciembre de 2009

Los Solitones, una entidad fascinante...





Uno de los logros más notables que se han conseguido en la segunda mitad del siglo XX y que además ilustra con claridad la unidad subyacente de las Matemáticas y la Física No Lineal es la Teoría de Solitones. Los solitones son ondas nolineales que exhiben un comportamiento extremadamente inesperado e interesante, ondas solitarias que se propagan sin deformarse.

Tradicionalmente, hablamos de dos tipos de ondas. Las primeras, las ondas lineales, son las ondas familiares de la vida diaria, como, por ejemplo, las ondas de luz y las ondas de sonido. Estas ondas tienen velocidad constante, sea cual sea su forma: un Do sostenido viaja a la misma velocidad que un Fa bemol. Y, además, tienen longitud de onda constante: un Do sostenido sigue siendo un Do sostenido si lo oyes a una manzana de distancia. Las ondas lineales también obedecen al llamado principio de superposición: si tocas varias notas simultáneamente en un piano, siempre escucharás la suma de todas esas notas a la vez, y esto es lo que produce armonía. Por muy complicado que sea un sonido se puede descomponer en los armónicos que lo constituyen.

Las otras ondas, las no lineales, son menos familares y son bien distintas de las lineales. Una ola en el mar aproximándose hacia la orilla es un buen ejemplo de onda nolineal. Obsérvese que ahora la amplitud, la longitud de onda y la velocidad, van variando según avanza la ola, mientras que en las ondas lineales éstas son constantes. La distancia entre las crestas va decreciendo, la altura de las olas va creciendo mientras van percibiendo el fondo, y la velocidad cambia; la parte superior de la ola se adelanta sobre la inferior, cae sobre ella y la ola rompe. Hay fenómenos aún más intrincados como el de dos olas que se cruzan, interactúan de forma complicada y nolineal, y dan lugar a tres olas en lugar de dos.

Ahora llegamos a los solitones. Durante un paseo a caballo por los alrededores de Edimburgo, en el Union Canal en Hermiston, muy cerca del Riccarton campus de la Heriot-Watt University, el ingeniero escocés John Scott-Russell1 observó cómo una barcaza era remolcada a lo largo de un estrecho canal por dos caballos que tiraban desde tierra, para obtener un diseño más eficiente de botes.
Todos hemos examinado en más de una ocasión los movimientos de una ola, pero la acrobacia que observó Russell aquella mañana fue diferente. Cuando lanzamos una piedra a un estanque se forman pequeñas ondulaciones, que se van extendiendo y ensanchando en círculos concéntricos, cada vez más débiles. hasta que se difuminan en la orilla. Estas olas normales constan de cumbre: seguidas de valles. Pero la gigantesca ola que vio Russell en el canal era, por el contrario, un promontorio único sobre la superficie en calma del agua, que mantenía su forma intacta mientras avanzaba. Sorprendido por aquella visión, Russel tenía que averiguar sin demora si había sido víctima, quizás, de alguna ilusión óptica. Por este motivo, el ingeniero volvió una y otra vez al canal para hacer nuevas observaciones, y en cada ocasión tenía la oportunidad de contemplar atónito olas únicas. Russell las llamó great waves of translation y se dedicó a perfeccionar diferentes técnicas para reproducirlas en su laboratorio (el jardín trasero de su casa). Entre sus resultados empíricos se encuentra que la amplitud es proporcional a la velocidad de la onda, que el volumen de agua en la onda era igual al del agua desplazada, y fue capaz de obtener una fórmula que expresaba la velocidad de la onda en términos de la amplitud y profundidad del canal.
Finalmente pudo recopilar los datos suficientes como para redactar un informe coherente, que envió a la Royal Society de Edimburgo3. Su publicación impresionó tanto a los investigadores de la naturaleza de todo el mundo, que éstos también intentaron observar las misteriosas olas en charcas, estanques, lagos y canales, para desvelar los mecanismos de su formación. Cualquiera puede convertirse en un investigador de olas. El descubrimiento de las olas únicas por parte del investigador escocés tuvo como consecuencia el despertar dé un nuevo y enorme interés por las olas normales. Cómo se forman y propagan? Por qué éstas se van apagando poco a poco, mientras que la onda de una ola única se desplaza por el agua a gran velocidad, durante largo tiempo y sin modificar su forma o tamaño?4

Es más, varios científicos de su época argumentaron que las ondas de forma permanente no podrían existir. En particular, Airy y Stokes decían que la disminución de la onda era una indicación de que aquéllas no eran permanentes, ellos dedicaron parte de sus esfuerzos a entender este curioso fenómeno5, y no fue sino hasta el año 1870 que J. Boussinesq y Lord Rayleigh dedujeron que la amplitud de dicha great wave of translation debía ser una onda viajera proporcional al cuadrado de la secante hiperbólica, poseyendo así una localización exponencial. Boussinesq derivó la ecuación no lineal en derivadas parciales que hoy lleva su nombre.
Mientras que las ondas normales se propagan linealmente y se construyen mediante ecuaciones sencillas, fáciles de resolver, en el caso de la onda única aparecen ante nuestros ojos procesos no lineales. Las ecuaciones no lineales son una maniobra matemática que un físico teórico, o un matemático puro, sólo utiliza cuando resulta absolutamente imprescindible. Las olas únicas, sin embargo, parecían no dar motivo para ello. Además, se las consideraba una rareza científica con poca importancia práctica y teórica.

Esta actitud despectiva por parte de los científicos cambió de forma rotunda cuando, en los años sesenta, comenzó la gran explosión de los ordenadores. Y qué es lo que puede hacer de modo inmejorable un ordenador? Simular procesos que no pueden ser observados en tiempo real sobretodo. A mediados de 1960 los científicos comenzaron a usar computadoras digitales para estudiar la propagación de ondas no lineales, y fue entonces cuando las primeras ideas de Russell empezaron a ser apreciadas. Russell vio a la onda solitaria como una entidad dinámica autosuficiente, una entidad que mostraba propiedades de partícula. Desde la perspectiva moderna, esto es usado como un elemento constructivo para formular comportamientos dinámicos complejos de sistemas de ondas en toda la ciencia: desde hidrodinámica hasta óptica no lineal, desde plasmas hasta colisiones de ondas, desde tornados hasta la gran Mancha Roja de Júpiter, desde partículas elementales de la materia hasta partículas elementales del conocimiento. Cada tipo de movimiento posible de las ondas ha sido estudiado, incluyendo los que resultan de la vibración de cuerdas, ondas de presión, ondas de agua y ondas electromagnéticas. De hecho, la mayor parte de la información que recibimos viene del movimiento de ondas. Procesamos información de lo que vemos y oímos. El sonido llega a nuestros oídos a través de ondas en el aire y somos capaces de leer este texto debido a las ondas de luz que rebotan de la página. Hoy en día contamos con mucha información que recibimos de la radio y la televisión, la cual llega a nosotros en forma de ondas electromagnéticas. Existen ahora varias definiciones de solitón, dependiendo de las áreas en que el investigador trabaja, pero la idea central de este concepto se manifiesta en todas sus definiciones. Así, por solitón nosotros conceptuaremos a una onda solitaria en forma de un pulso que es capaz de trasladarse sin cambio de forma y sin pérdidas de energía, y además es capaz de conservar su estructura después de un choque con su semejante, es decir, con comportamiento tipo partícula.

En 1965 Norman Zabusky y Martin Kruskal retomaron los estudios numéricos que Fermi, Pasta yUlam realizaron en 1955 en Los Alamos para los fonones en una red anarmónica. Este modelo numérico era muy semejante a una discretización de la ecuación de KdV. Estos dos investigadores, descubrieron la existencia de un tipo de ondas localizadas muy especiales, que exhibían un comportamiento tipo partícula. Es decir, cuando dos de estas ondas interactúan, salen de la colisión con su identidad intacta, y solamente con un pequeño cambio de fase. Las llamaron ondas solitrónicas, pero como este término ya se usaba en patentes industriales, tomaron el nombre de solitones. Este término fue elegido para estar en concordancia con el nombre de las partículas elementales, tales como electrón, protón, fotón, etc. Como un comportamiento tipo partícula era inusual en ondas no lineales, Zabusky, Kruskal y sus colegas buscaron entender a estos solitones. Como resultado de sus esfuerzos, dos años más tarde encontraron un método para resolver la ecuación KdV, que explicaba la dinámica del solitón. No pasaría mucho tiempo antes de que otros investigadores encontraran la presencia de solitones en otros sistemas y empezaran a aplicar técnicas similares8.

Ellos consideraron un problema de condiciones iniciales con condiciones de frontera periódicas para la ecuación de KdV. Así encontraron un fenómeno de recurrencia, que no podía ser el de Poincaré. Habían encontrado el solitón que pasamos a describir. Las great wave of translation, o el 1-solitón de Russell, interacciona con otros de su misma clase de una forma sorprendente para ser soluciones de una ecuación no lineal. Cuando dos de estos solitones chocan, tras un tiempo de interacción no lineal, emergen de la región de colisión preservando la forma inicial, de la interacción sólo queda un retraso o desfase9.

Así, un solitón es una onda solitaria que preserva asintóticamente su forma y velocidad en interacciones no lineales con otras ondas solitarias o con otras perturbaciones localizadas.
De repente, el solitón se hizo popular. Otros investigadores descubrieron que había solitones en medios líquidos, sólidos, gaseosos, e incluso en la corriente eléctrica o en un campo electromagnético. Se han podido estudiar solitones en sistemas tan diferentes como las atmósferas de los planetas, cristales, plasmas, fibras de vidrio, redes nerviosas y aparatos electrónicos. Es absolutamente emocionante lo que sospechan los biólogos moleculares: desde hace mucho tiempo están buscando el mecanismo que permite transportar los paquetes de energía a través de las cadenas de moléculas biológicas, como las proteínas, y conseguir de este modo efectos a grandes distancias. Algunos expertos creen que este efecto a distancia no tiene nada que ver con la química normal, sino que existen solitones que atraviesan, como fantasmas, la estructura de las moléculas.

En los periódicos, desde hace algún tiempo, vienen siendo noticia de primera página los superconductores a altas temperaturas. "Superconducción: a temperaturas próximas al punto cero absoluto -menos 273 grados centígrados- desaparece la resistencia eléctrica en algunos metales''. O esta otra noticia: "Determinados materiales cerámicos se convierten en superconductores a altas temperaturas''. Entretanto se baraja la posibilidad de que existan también superconductores a temperatura ambiente.

Ahora, los físicos teóricos sospechan que los solitones juegan un papel clave en este proceso. Ya se han atrapado ondas únicas en determinada estructuras superconductoras las denominadas transiciones de Josephson. Los científicos esperan que, con ayuda de solitones, algún día se podrán almacenar y transportar informaciones en ordenadores extremadamente rápidos. La propiedad característica del solitón es que, además de presentar una consistencia mucho mayor que las ondas normales, tiene una larga duración de vida.
Queremos puntualizar solo algunas de las aplicaciones técnicas de estas investigaciones.

Fibra óptica.

En la década de los setenta tuvieron lugar tres acontecimientos independientes: uno proveniente de la ciencia de materiales, otro de las matemáticas, y otro de la física clásica, que al conjugarse, habrían de revolucionar la tecnología de las telecomunicaciones y acrecentarían enormemente el interés por los fenómenos no lineales. El primero de estos acontecimientos fue la aparición (en 1970) de un nuevo tipo de fibras ópticas, capaces de conducir señales luminosas a lo largo de distancias mucho mayores que las fibras anteriores. Las primeras fibras ópticas se fabricaron de vidrio. El principio físico usado en estos dispositivos es el principio de reflexión interna total, lo que fue demostrado por primera vez por John Tyndall en 1870. Cuando la luz viaja por diferentes medios con diferentes índices de refracción, hay un ángulo de incidencia crítico abajo del cual la luz será totalmente reflejada al primer medio sin que la luz penetre en la interfase. En 1950 el diseño de las fibras ópticas fue notoriamente mejorado al introducirse un revestimiento. La fibra forrada estaba construida por un centro de vidrio, rodeado por un material con un índice de refracción un poco menor que el del centro. Como la fibra tiene una sección transversal muy pequeña, el ángulo de incidencia de cualquier rayo de luz que se propague por ella será menor que el ángulo crítico necesario para producir reflexión interna. En consecuencia, la luz no podrá escapar del interior de la fibra hasta que llegue al final. El principal inconveniente al usar fibras ópticas es la pérdida de información a lo largo de la fibra, debido, entre otros aspectos, a impurezas absorbentes que hacen que la luz se atenúe. La atenuación de la intensidad luminosa se mide en decibelios (db) por unidad de longitud. Como es obvio, los solitones son entidades físicas que aparecen del delicado balance de fuerzas antagónicas y en modelos ideales de la materia. En casos reales como en la fibra óptica, este balance es una aproximación porque no es un material ideal en donde se observen estos balances. La pérdida de información en fibras ópticas se debe a varios fenómenos físicos, como se mencionó, y depende también de la longitud de onda de la luz. Comúnmente las pérdidas ocurren debido a la absorción; y para entender estas pérdidas, es necesario indagar cómo las ondas de luz interactúan con la materia. Para un entendimiento correcto y riguroso del proceso de atenuación, es necesario recurrir a la mecánica cuántica, pero nosotros nos limitamos a presentar una explicación cualitativa del fenómeno. Las fibras ópticas están hechas de un material dieléctrico, en el cuál los electrones están fuertemente atados a los núcleos. Cuando las ondas electromagnéticas pasan a través del dieléctrico, interactúan con los electrones y el electrón responde como si se uniera a los núcleos mediante un resorte. La onda incidente desplazará al electrón de su posición de equilibrio, creándose así un dipolo oscilante. Estos dipolos oscilantes se comportan como una antena de radio en miniatura, que emite ondas electromagnéticas en todas direcciones, y a la misma frecuencia de la onda incidente. Esta reemisión de radiación electromagnética es llamada dispersión de Rayleigh, en honor a su descubridor John William Rayleigh. Las fibras con revestimiento anteriores a 1970 tenían pérdidas de 1,000 db/km, lo cual implicaba que la intensidad luminosa disminuía a 1/10 de su intensidad inicial tras haber recorrido 10 m a lo largo de la fibra. En 1970, sin embargo, se lograron construir fibras de sílica (óxido de silicio) con pérdidas de 20 db/km, las cuales permitían la transmisión de señales luminosas a través de distancias 50 veces mayores que con las antiguas fibras. Las nuevas fibras empezaban a ser prometedoras desde el punto de vista de las tele-comunicaciones, pero todavía tenían que superar el problema de los pulsos luminosos, que tendían a ensancharse debido a la dispersión. Este hecho es bastante perjudicial, ya que pulsos claramente separados en el transmisor podrían empezar a superponerse antes de llegar al receptor, causando que la información transmitida llegara distorsionada.

Ecuación de Schrödinger.

En 1971 ocurrió el segundo acontecimiento crucial de esa década y que ya mencionábamos, Zakharov y Shabat, descubrieron otra ecuación interesante que también tenía solitones: la ecuación no lineal de Schrödinger (nls).

Solitones ópticos.

El tercer acontecimiento ocurrió en 1973, cuando Akira Hasegawa y Frederick Tappert (dos investigadores de los Laboratorios Bell), encontraron que teóricamente era posible transmitir pulsos luminosos de cortísima duración sin ninguna dispersión a través de fibras ópticas con ciertas características, y que la propagación de tales pulsos estaba gobernada por la ecuación nls. El descubrimiento de Hasegawa y Tappert constituyó así el lazo de unión entre las matemáticas de los solitones con la tecnología de las fibras ópticas. Con el descubrimiento de Hasegawa y Tappert quedó claro que las fibras ópticas tenían verdaderamente posibilidades de ser usadas en las telecomunicaciones. Sin embargo, era necesario disminuir aún más el atenuamiento en las fibras, y desarrollar láseres capaces de producir los cortísimos pulsos necesarios para las aplicaciones en telecomunicaciones. En 1979, T. Miya, Y. Terunuma, T. Osaka y T. Miyashita (del Ibaraki Electrical Communication Laboratory, en Japón) lograron obtener fibras ópticas con una constante de atenuación de 0.2 db/km (para una longitud de onda de 1550 nm), las cuales podían conducir la luz a lo largo de 50 km de fibra antes de que la intensidad luminosa decayera a 10% de su valor inicial. Un año después, en 1980, Linn Mollenauer, Richard Stolen y John Gordon (de los Laboratorios Bell) lograron transmitir solitones ópticos de 7 ps de duración a lo largo de este tipo de fibras. Los exitosos resultados de Mollenauer, Stolen y Gordon, junto con las nuevas fibras con atenuaciones de 0.2 db/km, dejaron libre el camino para que las fibras ópticas revolucionaran la tecnología de las telecomunicaciones. Para tener una idea de la rapidez con que las fibras ópticas desplazaron a los cables metálicos de las telecomunicaciones, basta observar que si bien el séptimo cable submarino Trasatlántico (el tat-7) colocado en 1983 era todavía metálico, el siguiente cable trasatlántico (el tat-8), que se puso en operación en 1988, era ya de fibra óptica. La siguiente información nos da idea de la superioridad de las fibras ópticas sobre los cables metálicos (para usos en telecomunicaciones): a) En un cable metálico la máxima frecuencia que puede tener la onda portadora es aproximadamente de 60 mhz, ya que para frecuencias más altas la señal se atenúa demasiado rápido. b) Cada conversación telefónica requiere de un rango de frecuencias de 4 khz, de manera que por un cable metálico se pueden transmitir aproximadamente 15 mil conversaciones simultáneas (15,000 = 60 mhz / 4 kz). c) En un cable submarino moderno (por ejemplo el tat-12, tendido en 1996) es posible transmitir pulsos luminosos a una velocidad de 5 Gbits/s (es decir, cinco mil millones de pulsos por segundo). d) Una conversación telefónica requiere alrededor de 60 kbits/s, de manera que el tat-12 puede transportar aproximadamente 80 mil conversaciones simultáneas (80,000 '' 5 Gbits / 60 kbits). Actualmente se están diseñando sistemas de telecomunicaciones de fibras ópticas cuyas velocidades de transmisión parecen de `ciencia ficción'. Existe un proyecto de telecomunicaciones a escala mundial, conocido como Proyecto Oxígeno, que planea usar 16 longitudes de onda diferentes, cada una de ellas con transmisión a una velocidad de 10 Gbits/s. Por lo tanto, cada fibra transmitirá 160 Gbits cada segundo.

Biosolitones.

Así como en óptica, en muchas otras ramas de la ciencia se encuentran los enigmáticos solitones, los cuales posiblemente jugarán un papel relevante para entender más el misterioso mundo en el cual estamos inmersos. Por otra parte, es probable que haya un sinnúmero de aplicaciones tecnológicas que podrían utilizar a los solitones. Ya se perfilan investigaciones en donde el enigma de la existencia de la vida se trata de explicar mediante el comportamiento de ondas en todos los niveles de organización de la materia. Los biosolitones son las nuevas entidades que tienen aplicaciones en ondas neuronales, en el adn, etc. También se están investigando como los responsables de la locomoción en seres vivos; incluso cuando se mapea en un espacio configuracional apropiado la locomoción del tipo de la marcha de los bípedos, por ejemplo, se encuentra que en este nuevo espacio, la marcha no es más que un ejemplo de comportamiento solitónico. La naturaleza provee a los seres vivos de órganos para huir de los depredadores, pero al hacer esto se debe de gastar la mínima cantidad de energía posible. Qué mecanismo natural podría reunir este tipo de cualidades? La respuesta está en los solitones: las ondas musculares que hacen reptar u ondular el cuerpo de las culebras, por ejemplo, deben de tener naturaleza solitónica porque los solitones se trasladan sin pérdida de forma o velocidad, y además mantienen constante la energía. Es interesante observar que los solitones surgen como una combinación armónica de tendencias que, por sí solas, serían destructivas. Consideremos, por ejemplo, el caso de la propagación de pulsos luminosos en fibras ópticas. En este tipo de sistemas hay dos procesos fundamentales que gobiernan el comportamiento de los pulsos: un proceso dispersivo, que tiende a ensanchar los pulsos, y un proceso no lineal (cuando la intensidad del campo se acrecienta) que tiende a modificar de manera continua la frecuencia de la ondas que conforman el pulso. Por sí solos, cada uno de estos procesos tiende a deteriorar la calidad de los pulsos. Sin embargo, al combinarse de manera adecuada, estos dos procesos parecen cancelarse mutuamente, alcanzando un equilibrio sorprendente. Es interesante observar aquí que el proceso no lineal no tiene la apariencia de ser un proceso contrario al proceso dispersivo, ya que su efecto no es adelgazar a los pulsos. Es, pues, una sorpresa que estos dos procesos se equilibren entre sí. Observar, pues, que dos procesos que por sí solos serían destructivos pueden armonizarse para producir una entidad estable, y en cierto modo eterna, es una enseñanza que nos podría ser de utilidad en múltiples situaciones. Es notable el resultado de Randall G. Hulet y colaboradores de la Rice University, que han observado solitones brillantes en el condensado de Bose Einstein (bec) (el cuarto estado de la materia). Como el bec consiste de átomos (en este caso de Lithum) ultrafrios, todos ubicados en el mismo estado cuántico, éste exhibe propiedades ondulatorias y por lo tanto puede considerarse como una onda atómica. La aplicación tecnológica de estos solitones en el bec ayudaría a crear versiones bec de gyroscopios para una navegación ultra precisa y la creación de relojes atómicos exactos12.



Conclusión.

Los físicos de partículas tienen puestas sus esperanzas en las ondas únicas. En el mundo subatómico, es decir, en el interior de los átomos, no aparecen los solitones unidos a partículas materiales, sino como estados de excitación de los campos subatómicos. Esto suena muy complicado, pero a tales campos les debemos, en gran parte, la existencia de nuestra tecnología moderna. Los campos electromagnéticos, por ejemplo, nos traen a casa los programas de radio y televisión. Si uno de estos campos no se encuentra excitado, entonces es especialmente uniforme y no se puede descubrir en él ningún tipo de peculiaridad especial. La excitación crea tales singularidades, que luego pueden registrarse como distintas informaciones en nuestros receptores de radio y de televisión.

Los campos electromagnéticos impiden su propio crecimiento, comparemos éste con una población biológica. Mientras la población sea relativamente pequeña, en comparación con la alimentación disponible, está se reproduce sin problemas y la población va aumentando exponencialmente, lo que quiere decir que se duplica en un cierto período de tiempo. El crecimiento exponencial es característico de un sistema lineal. Al igual que el índice de natalidad de cada pareja, dicho crecimiento opera independientemente del comportamiento de los otros miembros de la comunidad. Ahora bien, cuando la población es muy grande, se rompe la linealidad. Al no haber suficiente alimento para todos, la población lucha por ella. En la misma medida en la que aumenta la población y se intensifica la crisis alimentaria, desciende el índice de reproducción. Tenemos aquí una situación no lineal, que puede describirse del siguiente modo: una población actúa sobre sí misma, impidiendo su propio crecimiento. Seguro que se están preguntando a qué viene esta analogía. Pues bien, los campos, por ejemplo los electromagnéticos, pueden actuar sobre sí mismos e impedir o fomentar su propio crecimiento. En este caso estamos frente a campos no lineales.

Volvamos a los campos lineales, en los que, como ya hemos visto, el estado más bajo de energía es igual a cero, lo cual significa que el campo no existe. Cierto o no? Cierto. Por el contrario, los campos no lineales, que tienen la peculiaridad de actuar sobre sí mismos, pueden encontrarse en su estado de energía más bajo y, sin embargo, continuar siendo uniformes, pero su valor es diferente a cero.

Al contrario de lo que podría esperarse, el punto en el que la potencia del campo es igual a cero se encuentra en la cima de una cresta. También es llamativo que los senos, es decir, los puntos que coinciden con la energía positiva o negativa mínima, se encuentren a la derecha y a la izquierda. Todavía sorprende otra cosa: en lugar de un estado mínimo de energía, existen dos. Estos dos senos corresponden a los dos lados de la cinta de goma. No olvidemos que ésta tiene una cara superior y otra inferior. Cada cara corresponde a un estado uniforme, no excitado. Ambos estados poseen exactamente la misma energía, pero son topológicamente diferentes.

Supongamos que un campo, se extiende por el espacio. Es posible que este campo se encuentre tarde o temprano en algún lugar en un estado que corresponda al seno izquierdo -energía negativa mínima-, mientras que en otro sitio se halle en el estado opuesto, energía positiva mínima. Sólo puede darse un contacto constante entre ambas zonas, si el campo pasa a través del cero en algún punto de la línea del centro, de modo que podría decirse que se eleva por encima de la cresta. Allí donde esto ocurre aparece una región limitada de energía del campo, que representa al solitón. Es similar al retorcimiento de la cinta de goma; se encuentra encerrada topológicamente entre las dos zonas físicamente diferentes de idéntica energía mínima. Naturalmente, no se debe abusar de la analogía con la cinta de goma, ya que en esta estructura el solitón únicamente puede moverse en una dimensión. Los campos reales, en cambio, se extienden a través del espacio tridimensional; a lo largo, ancho y alto. Para moverse en esta dimensión hay que emplear una topología mucho más compleja que en el caso de la cinta de goma.

Sin embargo, la idea esencial continúa siendo la misma: la configuración del campo contiene una región de energía encerrada topológicamente y limitada localmente, capaz de moverse en el espacio, pero que no puede liberarse por sí misma. Muchos físicos teóricos creen que tales solitones pueden ser considerados como una nueva especie de partículas subnucleares, partículas con propiedades interesantes y muy variadas. Si no se aplica un rigor excesivo, se podría incluso considerar solitones a los protones y neutrones normales: ondas únicas en el campo de la energía nuclear, en el campo de la interacción fuerte.

Cómo podría darse a conocer una partícula de onda única? Mostrando propiedades que no tengan las partículas normales. Un ejemplo clásico de esto fue descubierto a principios de los años setenta por Gerhardt Hooft, de la Universidad de Utrecht, y Alexander Polyakow, del Instituto de Física Teórica Landau, en Moscú. Hoolf y Polyakow estaban estudiando un nuevo tipo de campo subnuclear -que podría ser el responsable de una potente fuerza nuclear- cuando descubrieron que dicho campo tenía multitud de estados mínimos de energía. El campo podía estar retorcido y enmarañado entre dos estados. En algunas de estas configuraciones, el solitón resultante se comportaba como una carga magnética aislada.

Todos los imanes conocidos tienen un polo norte y otro sur, por lo que resultaría extraordinariamente llamativo un único polo. Sin embargo, nadie ha podido demostrar nunca la existencia de tal monopolo magnético.

Pasémonos a la cuarta dimensión. Algunos físicos han añadido una nueva variable en sus elucubraciones matemáticas: el tiempo. Cómo puede explicarse un solitón en la cuarta dimensión? Un solitón cuatridimensional es una magnitud en el espacio y el tiempo, y tiene -por lo tanto- una existencia efímera. A pesar de ello, tales instantones, tal como se les denomina, juegan un papel importante en el mundo subatómico, permitiendo traspasos entre configuraciones de campos que anteriormente se consideraban imposibles o prohibidos. Dicho de un modo muy general, un campo de este tipo pasa de una configuración a otra, atravesando un retorcimiento.

De esta manera, hemos visto como los solitones han abierto unas posibilidades totalmente nuevas, precisamente en un campo que avanza paralelo al de la física de partículas. Me refiero a la cosmología. Así, por ejemplo, la gravitación es. una fuerza que se describe por medio de un campo no lineal. Esta nolinealidad conduce a los más extraños estados de la fuerza de la gravedad, como son los agujeros negros, que podrían ser caracterizados como solitones gravitacionales. Algunos teóricos creen que, al comienzo del Universo, cuando aún eran mayúsculos los efectos cuánticos de la fuerza de la gravedad, fueron posibles los instantones de la fuerza de gravedad. Hay una teoría que incluso afirma que todo el universo debe su existencia únicamente a estas magnitudes, porque sólo ellas permitirían que el espacio y el tiempo hayan encontrado el camino desde la nada hasta la existencia, con ayuda de un retorcimiento. A pesar de que tales hipótesis continúan siendo vagas, es excitante que la onda única perseguida por Russell en el canal haya traído tantos conocimientos, que nos transportan hasta el nacimiento mismo de nuestro universo13.

fuente: http://www.cidse.itcr.ac.cr/revistamate/ContribucionesV7n12006/Solitones/index.html

Cuando no dominamos el monstruo interior



En las comedias de enredo, lo peor que podría pasar es lo que termina pasando: que tu mujer está realmente celosa de la nueva secretaria de la oficina, pues ahí vas tú y la mencionas cinco veces en las últimas tres frases. Errores como estos también ocurren en la vida diaria, y la investigación encuentra los orígenes de hacer precisamente lo peor, irónicamente, en los procesos de control mental. En un artículo publicado en Science [1], Daniel Wegner (Universidad de Harvard, EE.UU.) pasa revista al conocimiento actual sobre cómo pensar, decir o hacer precisamente lo peor en cada ocasión.

La exploración de los impulsos malsanos tiene una rica historia (¿cómo podría no tenerla?), que pasa por las historias de Edgar Allan Poe o el Marqués de Sade e incluye los deseos reprimidos de Freud y la observación de Darwin de que muchas acciones se realizan “en directa oposición a nuestra voluntad consciente”. En la última década, los psicólogos sociales han documentado la frecuencia con la que aparecen estos impulsos malsanos y cuándo es más probable que alteren el comportamiento de las personas.

A un nivel fundamental, funcionar socialmente significa dominar los propios impulsos, dominar el monstruo interior. El cerebro adulto gasta como mínimo tanta energía en inhibición como en acción, según algunos estudios, y la salud mental se basa en someterse a estrategias para ignorar o suprimir los pensamientos profundamente inquietantes, como el de la propia muerte por ejemplo. Estas estrategias son generales, programas psicológicos subconscientes o semiconscientes que usualmente controla el piloto automático.

Los que hemos venido en llamar impulsos malsanos, y que Wegner llama errores irónicos, parecen aflorar cuando la gente se concentra intensamente en evitar errores específicos o tabúes. La teoría es sencilla: para evitar decirle a la cara a un colega que es hipócrita malnacido, el cerebro debe primero imaginar exactamente eso; la mera presencia mental (flotando en la superficie de la consciencia) de ese insulto catastrófico incrementa las probabilidades de que el cerebro lo termine escupiendo en el peor momento.

Las pruebas empíricas de esta teoría se han acumulado en los últimos años, según recoge Wegner. En el laboratorio, los psicólogos han pedido a la gente que intente eliminar, inhibir, un pensamiento de su mente (un oso blanco, por ejemplo) y han encontrado que el pensamiento sigue volviendo, cada minuto poco más o menos. De igual forma, la gente que intenta no pensar en una palabra específica continuamente la suelta en los tests de asociación de palabras ultrarrápidos.

Fuera del laboratorio es fácil encontrar los mismos errores irónicos. A los golfistas a los que se les indica que deben evitar un error específico, como darle demasiado fuerte, lo hacen más a menudo bajo presión, según estudios realizados al respecto. De igual manera, un delantero de fútbol al que se le indica que, a la hora de tirar un penalti, debe evitar una determinada zona de la portería, como la esquina baja derecha, mirará a ese lugar más a menudo que a cualquier otro.

Los esfuerzos por ser políticamente correcto pueden ser especialmente traicioneros. En un estudio [2], los investigadores de las Universidades de Lehigh y Northwestern hicieron que 73 estudiantes leyeran un texto sobre un estudiante ficticio, Donald, un varón negro, que visita un centro comercial con un amigo. Los estudiantes vieron una foto de él justo antes.

En un aparcamiento repleto, Donald no aparca en un sitio reservado a minusválidos, a pesar de conducir el coche de suabuela, que tiene permiso para usarlo, pero sí que se apresura para pisarle un sitio de no minusválidos a otro conductor. No hace caso de una persona que está haciendo una colecta para una ONG de enfermos del corazón, mientras que su amigo da el dinero suelto que lleva. Y así el resto. La historia, a propósito, retrata al protagonista de forma ambigua.

Los investigadores pidieron a cerca de la mitad de los estudiantes intentaran inhibir los estereotipos negativos sobre los varones negros mientras leían el texto. Tras la lectura todos los estudiantes tuvieron que evaluar a Donald en aspectos como honestidad, hostilidad y pereza. Los que habían intentado reprimir los estereotipos dijeron que Donald era significativamente más hostil, pero también más honesto, que lo afirmado por los que no estaban intentando inhibirlos.

En resumen, el intento de hacer desaparecer prejuicios funcionó, en cierta medida. Pero el estudio también aportó, usando palabras de los autores, “una fuerte demostración de que la supresión de estereotipos lleva a que los estereotipos sean más accesibles”.

Los fumadores, bebedores y otros usuarios de sustancias de abuso conocen otro aspecto de este mismo fenómeno: el esfuerzo para reprimir las ganas de un cigarrillo, copa o dosis hace tan accesible la idea que el deseo sólo parece crecer.

El riesgo de caer en el error irónico, de ceder a estos impulsos malsanos, depende en parte del nivel de estrés que se padece. Puede minimizarse, por tanto, empleando estrategias adecuadas de control y reduciendo la carga mental. Esto último puede ser tan fácil como cometer el “error” voluntariamente, haciendo un chiste o explicando la situación de tal manera que la bomba se desactive antes de estallar.

Referencias:

[1]
Wegner, D. (2009). How to Think, Say, or Do Precisely the Worst Thing for Any Occasion Science, 325 (5936), 48-50 DOI: 10.1126/science.1167346

[2]

Galinsky, A., & Moskowitz, G. (2007). Further ironies of suppression: Stereotype and counterstereotype accessibility Journal of Experimental Social Psychology, 43 (5), 833-841 DOI: 10.1016/j.jesp.2006.09.001

fuente: http://cesartomelopez.blogspot.com/

domingo, 13 de diciembre de 2009

Ajedrez


Jorge Luis Borges

I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladion
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

El proyecto del conectoma humano



Olaf Sporns, profesor de neurociencias en la Universidad de Indiana (EE.UU.), publicó un artículo en 2005 en el que atribuía los defectos a gran escala de la investigación en neurociencia general a la ausencia de una descripción anatómica de base, “fundacional”, del cerebro. Antes de ponerse a investigar, era necesario hacer un mapa.

Sporns propuso llamar a este mapa el “conectoma”. El nombre, obviamente, hace recordar a un proyecto importantísimo que había concluido dos años antes con éxito, el Proyecto Genoma Humano. El proyecto al que estaba dando nombre no era menos ambicioso: un atlas sistemático y completo de todas las conexiones del cerebro. Cuatro años después, Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos han anunciado en su Anteproyecto para la Investigación en Neurociencia el lanzamiento del Proyecto Conectoma Humano (HCP, por sus siglas en inglés), dotado inicialmente con 30 millones de dólares, con la esperanza de crear un mapa completo del cerebro adulto sano para 2015.

El cerebro humano se suele dividir en varios cientos de pequeñas áreas a las que se atribuyen funciones altamente especializadas. Vistas bajo el microscopio, muchas de estas áreas, que tienen un ancho de centímetros, presentan patrones de células claramente visibles. Cada una de estas áreas está conectada por millones de proyecciones neuronales con forma de hilo, los llamados axones, que corren en paralelo, enrollándose para formar lo que parece un cable grueso de fibra óptica. El cerebro funciona en base a procesos y estos procesos tienen lugar porque existen estas conexiones entre áreas especializadas.

La lógica tras el proyecto HCP está en que se cree que las diferentes áreas cerebrales adquieren sus características funcionales dependiendo de cómo se conectan unas con otras. Son las entradas y salidas de una neurona lo que determina qué función tiene. Por ello, como en otras ocasiones en biología, la estructura directamente define la función: las neuronas muy próximas procesarán la misma clase de información, y la conectividad entre estas regiones nos puede informar de cómo operan procesos más amplios.

Sin embargo, hay otros neurocientíficos para los que “conectoma” tiene un significado completamente diferente. Mientras que el proyecto de los NIH intenta trazar las conexiones a gran escala entre regiones cerebrales, algunos científicos, como los del Connectomeproject de Harvard, quieren escarbar más profundamente: aspiran a trazar en última instancia el cerebro humano neurona a neurona, construyendo un “diagrama de cableado” con todo detalle. De cierta forma el HCP es una respuesta a la perspectiva desalentadora de tener que determinar las miles de millones de conexiones neuronales del cerebro humano. Lo que han hecho estos puristas ha sido tomar otro camino: ciñéndose a la idea del mapa neurona a neurona, simplemente se han centrado en organismos más simples, para ir creciendo desde ahí. Hasta ahora, el único conectoma completo que ha sido determinado es el de nuestro viejo amigo el nemátodo Caenorhabditis elegans que, con sólo 302 neuronas, es uno de los organismos modelo más simples con un sistema nervioso.

En cualquier caso, ambos grupos están de acuerdo en que, al final, la microescala y la macroescala se encontrarán en un enorme conjunto de datos, idealmente con cada capa de complejidad informando a la siguiente. Por ahora, el NIH espera conseguir su objetivo a cinco años de tener completado un mapa región a región potenciando la colaboración entre científicos, muchos de los cuales han pasado años trabajando aisladamente, usando técnicas no verificadas y con pocas reproducciones de los datos obtenidos en laboratorios diferentes.

El impacto del HCP sobre la neurociencia será importantísimo, similar al Proyecto Genoma Humano. De hecho, habrá un antes y un después del HCP.

fuente: http://cesartomelopez.blogspot.com/

viernes, 11 de diciembre de 2009

Efecto túnel en una poesía de Borges...


El porvenir es tan irrevocable
Como el rígido ayer. No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida.
El rigor ha tejido la madeja.
No te arredres. La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro,
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura.

El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas está Dios, que acecha.

Jorge Luis Borges

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Enviados a Copenhage para resolver el cambio climático


Dado el fracaso del protocolo de Kyoto los paises mencionados han decidido enviar a sus mejores expertos para la negociación del proximo acuerdo sobre cambio climático

Alemania: Herr Doktor Otto von Frauden
Arabia Saudita: Elim Postor
Australia: Johnny Miro
Brasil: T. de Falcao do Nascimento
China: Chan Chu Yo
Cuba: Silvio Panada
España: Paco R. Ovando
Francia: Pierre D'Elvotto
Grecia: Hurto Sinescroupoulos y Akylos Transo
Holanda: T. Van Aestaffar
India: Gandhi Sima Farsa
Israel: Abraham Urnas
Italia: Massimo Atraco
Japón: Tekito Tuboto
Libano: Mestafa Al-Botar
Panama: Many Puleo
Portugal: Santiago de Trampinha
Republica Checa: Ivana Jodernos
Rumania: Robele Sinolopescu
Uganda: Amin Mewele Akaka
Vietnam: Jo Dan Se
Argentina: Paco Rupto

jueves, 3 de diciembre de 2009

Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet

En defensa de los derechos fundamentales en internet.

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial – un organismo dependiente del ministerio de Cultura -, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Si quieres sumarte a él, difúndelo por Internet. 
Manifiesto “En defensa de los derechos fundamentales en internet”

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Atiborrado de filosofía...


de Miguel de Unamumo

Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.

De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban...

jueves, 26 de noviembre de 2009

Coto a la privatización de la sanidad?


Hacia dónde vamos en la privatización de la sanidad?

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Coto/privatizacion/sanidad/elpepusoc/20091126elpepisoc_1/Tes

La dignidad de Catalunya



LA VANGUARDIA
www.lavanguardia.es

Después de casi tres años de lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y han erosionado su prestigio, el Tribunal Constitucional puede estar a punto de emitir sentencia sobre el Estatut de Catalunya, promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos, con el siguiente encabezamiento: "Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado, los ciudadanos de Catalunya han ratificado en referéndum y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica". Será la primera vez desde la restauración democrática de 1977 que el Alto Tribunal se pronuncia sobre una ley fundamental refrendada por los electores.

La expectación es alta. La expectación es alta y la inquietud no es escasa ante la evidencia de que el Tribunal Constitucional ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una cuarta cámara, confrontada con el Parlament de Catalunya, las Cortes Generales y la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Repetimos, se trata de una situación inédita en democracia. Hay, sin embargo, más motivos de preocupación. De los doce magistrados que componen el tribunal, sólo diez podrán emitir sentencia, ya que uno de ellos (Pablo Pérez Tremps) se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate, y otro (Roberto García-Calvo) ha fallecido.

De los diez jueces con derecho a voto, cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el "corazón de la democracia". Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga. Esta es la corte de casación que está a punto de decidir sobre el Estatut de Catalunya. Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia.

La definición de Catalunya como nación en el preámbulo del Estatut, con la consiguiente emanación de "símbolos nacionales" (¿acaso no reconoce la Constitución, en su artículo 2, una España integrada por regiones y nacionalidades?); el derecho y el deber de conocer la lengua catalana; la articulación del Poder Judicial en Catalunya, y las relaciones entre el Estado y la Generalitat son, entre otros, los puntos de fricción más evidentes del debate, a tenor de las versiones del mismo, toda vez que una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles. Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española. Esta podría ser, lamentablemente, la piedra de toque de la sentencia.

No nos confundamos, el dilema real es avance o retroceso; aceptación de la madurez democrática de una España plural, o el bloqueo de esta. No sólo están en juego este o aquel artículo, está en juego la propia dinámica constitucional: el espíritu de 1977, que hizo posible la pacífica transición. Hay motivos serios para la preocupación, ya que podría estar madurando una maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional. Un enroque contrario a la virtud máxima de la Constitución, que no es otra que su carácter abierto e integrador.

El Tribunal Constitucional, por consiguiente, no va a decidir únicamente sobre el pleito interpuesto por el Partido Popular contra una ley orgánica del Estado (un PP que ahora se reaproxima a la sociedad catalana con discursos constructivos y actitudes zalameras). El Alto Tribunal va a decidir sobre la dimensión real del marco de convivencia español, es decir, sobre el más importante legado que los ciudadanos que vivieron y protagonizaron el cambio de régimen a finales de los años setenta transmitirán a las jóvenes generaciones, educadas en libertad, plenamente insertas en la compleja supranacionalidad europea y confrontadas a los retos de una globalización que relativiza las costuras más rígidas del viejo Estado nación. Están en juego los pactos profundos que han hecho posible los treinta años más virtuosos de la historia de España. Y llegados a este punto es imprescindible recordar uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga.

Hay preocupación en Catalunya y es preciso que toda España lo sepa. Hay algo más que preocupación. Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una soñada e imposible uniformidad. Los catalanes pagan sus impuestos (sin privilegio foral); contribuyen con su esfuerzo a la transferencia de rentas a la España más pobre; afrontan la internacionalización económica sin los cuantiosos beneficios de la capitalidad del Estado; hablan una lengua con mayor fuelle demográfico que el de varios idiomas oficiales en la Unión Europea, una lengua que en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial, y acatan las leyes, por supuesto, sin renunciar a su pacífica y probada capacidad de aguante cívico. Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa.

Estamos en vísperas de una resolución muy importante. Esperamos que el Tribunal Constitucional decida atendiendo a las circunstancias específicas del asunto que tiene entre manos –que no es otro que la demanda de mejora del autogobierno de un viejo pueblo europeo–, recordando que no existe la justicia absoluta sino sólo la justicia del caso concreto, razón por la que la virtud jurídica por excelencia es la prudencia. Volvemos a recordarlo: el Estatut es fruto de un doble pacto político sometido a referéndum.

 Que nadie se confunda, ni malinterprete las inevitables contradicciones de la Catalunya actual. Que nadie yerre el diagnóstico, por muchos que sean los problemas, las desafecciones y los sinsabores. No estamos ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad. No deseamos presuponer un desenlace negativo y confiamos en la probidad de los jueces, pero nadie que conozca Catalunya pondrá en duda que el reconocimiento de la identidad, la mejora del autogobierno, la obtención de una financiación justa y un salto cualitativo en la gestión de las infraestructuras son y seguirán siendo reclamaciones tenazmente planteadas con un amplísimo apoyo político y social. Si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable

martes, 24 de noviembre de 2009

¿ El mejor sistema conocido o el mejor sistema inducido ?




¿ Cuánto dinero de los ciudadanos-contribuyentes, sufridores de la crisis, ha ido a parar a manos de la banca privada, creadora de la crisis ?

Esta pregunta lleva dando vueltas hace meses en la cabeza de mucha gente, en España, en Europa y a escala mundial.
Gente, entre las que yo me encuentro, que no terminamos de entender como desde la hacienda pública
–por tanto, con el dinero que todos aportamos a través del pago de nuestros impuestos y las deducciones en nuestras
nóminas- se pueden estar concediendo ayudas multimillonarias a los mismos que por su desmedida avaricia y comportamientos
especulativos han provocado la crisis, llevando al cierre a miles de empresas y al desempleo a millones de personas.

¿ Cuánto dinero sacado de nuestros impuestos han dado los Gobiernos a la banca privada mediante ayudas públicas diversas ?

Muchas eran las dudas e interrogantes al respecto. Con base en informes como el publicado por el periódico británico The Guardian
a comienzos de 2009, se podía calcular en unos 3,5 millones de euros el agujero financiero generado por la banca a nivel mundial.
Y como se reseñó en la entrada ¿Dónde está el dinero perdido por los bancos?, inserta en este Blog con fecha 4 de agosto, un 7%
de tal montante podría deberse a las pérdidas derivadas de las celebres hipotecas “subprime”; y un 40%, aproximadamente, a los
reajustes contables, para cuantificarlos de manera más realista, de activos que estaban supervalorados especulativamente en sus
balances. Aún así, quedaba más del 50% del citado agujero pendiente de una explicación coherente.

Pues bien, todos estos cálculos han saltado por los aires tras el encuentro que los principales directivos de los más importantes
bancos centrales del planeta –los que emiten el dinero y deberían controlar los flujos y comportamientos financieros- celebraron
en Suiza el lunes de la semana pasada, 9 de noviembre. Al finalizar la reunión, el presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Jean-Claude Trichet, fue el encargado de actuar como portavoz y difundir una información que no tiene desperdicio. No he querido
hacerme eco de sus palabras hasta comprobar, por varias fuentes, que no se trata de un error o un baile de cifras, sino que se
corresponde con la realidad, por abrumadora que esta sea. Y, efectivamente, no hay error alguno. Simplemente, los máximos
responsables mundiales del sistema financiero han creído llegado el momento de decir la verdad, o, al menos, parte de la misma,
quizá en la seguridad de que da igual, que la opinión pública está suficientemente adormecida, atontada o controlada como para
que no pase nada.

Para no dejarme arrastrar por expresiones o interpretaciones subjetivas, resumo seguidamente la información que de tal encuentro
publicó el diario El País con fecha 10 de noviembre:

Los dirigentes de los principales bancos centrales del mundo se reunieron el pasado 9 de noviembre en la sede del Banco Internacional
de Pagos, en Basilea (Suiza) (...)

Trichet, que presidió la reunión, vinculó “las señales, cada vez más evidentes, de estabilización” al enorme volumen de las ayudas
públicas: 10 billones de euros en apoyo a la banca, tipos de interés al mínimo y estímulos fiscales equivalentes al 2% del PIB en
los países del G-20 (...)

En total, las medidas de apoyo a la banca (en la Unión Europea) equivalen ya al 31% del PIB de la UE, aunque la cantidad utilizada
es poco más de un tercio. En el caso de España, tanto el peso de las ayudas (22% del PIB español) como, sobre todo, su
uso (un 6% del PIB), es menor.

"Seguro que tenemos tiempo de hacer la reestructuración que estamos planteando", replicó la vicepresidenta económica,
Elena Salgado (…) Auguró que "en los próximos meses" la reestructuración del sector (…) "dará grandes pasos”.

http://www.elpais.com/articulo/economia/bancos/centrales/instan/retirada/gradual/ayudas/publicas/elpepieco/20091110elpepieco_5/Tes

Para sopesar exactamente lo que estos datos significan hay que tener en cuenta lo siguiente: el PIB anual mundial ronda los 60
billones de euros; el de la Unión Europea, el principal espacio económico del planeta, los 19,5; y el de España, en torno al billón de euros.

Conociendo todo esto, estamos en condiciones de cuantificar con exactitud el dinero de los ciudadanos-contribuyentes que ha ido a
parar a manos de la banca privada:

+A nivel planetario y con los países del llamado G-20 como protagonistas, las ayudas públicas otorgadas por los Gobiernos a la banca
privada ascienden a 10 billones de euros: ¡Sí, 10.000.000.000.000 euros!.

+Esto significa que las pérdidas acumuladas por la banca internacional ascienden, al menos, a esa cantidad. Dicho de otro modo, el
volumen de las pérdidas sufridas por la banca privada mundial representa no menos del ¡17 por 100 del PIB del planeta! (10 billones de
euros de pérdidas sobre los 60 billones del PIB anual mundial). ¿Cómo ha podido perder la banca tamaña fortuna?. Seguro que algún día
estaremos también en condiciones de responder con certeza este interrogante.

+En el ámbito de la Unión Europea, el Banco Central Europeo ha autorizado a los Gobiernos la concesión a la banca privada de ayudas
públicas por importe de 6 billones de euros -como se ha reseñado, el 31 por 100 del PIB europeo (31% de 19,5 billones de euros)-. Conforme
al gráfico que El País publicó en su edición impresa acompañando la información que aquí ocupa, tales ayudas se han ejecutado ya en un
tercio; y se han materializado en inyecciones de capital, avales, compras de activos y ayudas a la morosidad.

+Las ayudas dadas a la banca privada por los Gobiernos de la UE suponen el 60% de las ofrecidas a la banca a escala global y del G-20
(6 billones de euros sobre un total de 10 billones).

+En el caso de España, las ayudas de la hacienda pública –que somos todos- a la banca privada autorizadas por el BCE se elevan a 220.000
millones de euros -el 22% del PIB español (un billón de euros)-.

+Teniendo en cuenta que la población española es de algo más de 44 millones de habitantes, los 220.000 millones de euros significan una
aportación media de casi 5.000 euros por persona. Si en lugar de tomar como base la población total, se efectúa el cálculo con el número de
cotizantes a la Seguridad Social y, por tanto, con empleo (17,9 millones, con datos del pasado mes de octubre)-, la aportación asciende a 12.300
euros (más de dos millones de pesetas) por afiliado a la Seguridad Social.

+De esos 220.000 millones de euros, lo ya materializado por medio de avales, compra de activos y cobertura de morosidad representa unos
60.000 millones de euros. El resto, según la vicepresidenta económica, será ejecutado "en los próximos meses", en los que la reestructuración
del sector bancario "dará grandes pasos”.

El gigantesco descosido que todo esto provoca en las cuentas públicas es parte de lo que se conoce con el nombre de déficit público, que en
España rondará el 10% del PIB al finalizar 2009 y se acercará al 15% durante 2010. Son difíciles de prever las consecuencias que semejante nivel
de deuda puede tener a medio y largo plazo en el sistema público de pensiones y otras prestaciones sociales. La UE le ha dado de plazo a España
hasta el 2013 para que reduzca el déficit al 3% del PIB. ¿Cómo se las arreglará el Gobierno para generar hasta entonces ahorros por montante
de 100.000 millones de euros (10% del PIB) que compensen las secuelas del actual déficit público?. Sólo hay dos vías posibles: incremento sustantivo
de la presión fiscal para aumentar el volumen de ingresos públicos; o minoración sustancial del gasto público. La Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a las 22 economías más fuertes del globo, España entre ellas, ya ha empezado a señalar el camino a
seguir, solicitando a los países que la conforman una reducción sensible de la educación y el gasto social y sanitario.

Y a escala planetaria, los 10 billones de euros concedidos por los Gobiernos a la banca privada ofrecen una conclusión inmediata a la luz de los
datos barajados en la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, que se ha celebrado en Roma convocada por la FAO y a la que se refería la entrada
No comment publicada en el Blog el lunes 16 de noviembre: las ayudas que los Gobiernos, desde las haciendas públicas respectivas, han concedido
a la banca privada (10 billones de euros) multiplica por 185 los fondos anuales precisos (54.000 millones de euros) para acabar totalmente con
el hambre en el mundo.

Expresado de otra manera, con el dinero de los contribuyentes que los Gobiernos han concedido en ayudas públicas a la banca
privada se podría haber eliminado completamente el hambre en el mundo durante los próximos 185 años, ¡hasta el año 2194!.

Corolario

Tras esta batería de datos y reflexiones, a los que se podrían sumar otros muchos, ¿continúa pensando que nos enfrentamos a una crisis económica?.
Ojalá fuera así. Pero no, la humanidad no está ante una crisis económica, sino ante la ineludible necesidad de un cambio de paradigma civilizatorio.

La metáfora que mejor define la situación actual de la visión y el sistema dominantes es el síndrome del pollo decapitado, que sigue dando vueltas como
loco, debido a la preservación de sus reflejos neuronales innatos, hasta que se desploma. La locura de sus vueltas y revueltas se manifiesta cotidianamente
en el economicismo y la mercantilización de la vida, en el productivismo y el consumismo incesante, en la pobreza extrema de más de mil millones de seres
humanos, en el estrés y la honda infelicidad que vacía las vidas de los que sí disponen de ingresos suficientes, en la insensata búsqueda del mayor beneficio
posible en el plazo más corto posible, en los especuladores financieros convertidos en árbitros del juego y amos del mundo y en Gobiernos absolutamente
desbordados por las circunstancias y que carecen de otro objetivo que aguantar como sea hasta las siguientes elecciones.

No, no estamos ante una crisis económica, por profunda que fuera. Es la visión y el sistema mismo los que están en crisis. Y su superación exige forzosamente
un Nuevo Mundo: una nueva visión y un nuevo paradigma civilizatorio de corte ético y humanista que coadyuve al cambio interior de cada uno, conjugue el
verbo compartir, impulse la solidaridad y la equidad global y ponga la revolución tecnológica y los avances científicos al servicio de la dignidad de las personas,
la convivencia pacífica entre los pueblos y la justicia y el bienestar social.

Fuente: http://radarmarket.blogspot.com/

domingo, 22 de noviembre de 2009

Las ruinas circulares


de Jorge Luis Borges

Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche, nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra. Lo cierto es que el hombre gris besó el fango, repechó la ribera sin apartar (probablemente, sin sentir) las cortaderas que le dilaceraban las carnes y se arrastró, mareado y ensangrentado, hasta el recinto circular que corona un tigre o caballo de piedra, que tuvo alguna vez el color del fuego y ahora el de la ceniza. Ese redondel es un templo que devoraron los incendios antiguos, que la selva palúdica ha profanado y cuyo dios no recibe honor de los hombres. El forastero se tendió bajo el pedestal. Lo despertó el sol alto. Comprobó sin asombro que las heridas habían cicatrizado; cerró los ojos pálidos y durmió, no por flaqueza de la carne sino por determinación de la voluntad. Sabía que ese templo era el lugar que requería su invencible propósito; sabía que los árboles incesantes no habían logrado estrangular, río abajo, las ruinas de otro templo propicio, también de dioses incendiados y muertos; sabía que su inmediata obligación era el sueño. Hacia la medianoche lo despertó el grito inconsolable de un pájaro. Rastros de pies descalzos, unos higos y un cántaro le advirtieron que los hombres de la región habían espiado con respeto su sueño y solicitaban su amparo o temían su magia. Sintió el frío del miedo y buscó en la muralla dilapidada un nicho sepulcral y se tapó con hojas desconocidas.

El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero de su alma; si alguien le hubiera preguntado su propio nombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no habría acertado a responder. Le convenía el templo inhabitado y despedazado, porque era un mínimo de mundo visible; la cercanía de los leñadores también, porque éstos se encargaban de subvenir a sus necesidades frugales. El arroz y las frutas de su tributo eran pábulo suficiente para su cuerpo, consagrado a la única tarea de dormir y soñar.

Al principio, los sueños eran caóticos; poco después, fueron de naturaleza dialéctica. El forastero se soñaba en el centro de un anfiteatro circular que era de algún modo el templo incendiado: nubes de alumnos taciturnos fatigaban las gradas; las caras de los últimos pendían a muchos siglos de distancia y a una altura estelar, pero eran del todo precisas. El hombre les dictaba lecciones de anatomía, de cosmografía, de magia: los rostros escuchaban con ansiedad y procuraban responder con entendimiento, como si adivinaran la importancia de aquel examen, que redimiría a uno de ellos de su condición de vana apariencia y lo interpolaría en el mundo real. El hombre, en el sueño y en la vigilia, consideraba las respuestas de sus fantasmas, no se dejaba embaucar por los impostores, adivinaba en ciertas perplejidades una inteligencia creciente. Buscaba un alma que mereciera participar en el universo.

A las nueve o diez noches comprendió con alguna amargura que nada podía esperar de aquellos alumnos que aceptaban con pasividad su doctrina y sí de aquellos que arriesgaban, a veces, una contradicción razonable. Los primeros, aunque dignos de amor y de buen afecto, no podían ascender a individuos; los últimos preexistían un poco más. Una tarde (ahora también las tardes eran tributarias del sueño, ahora no velaba sino un par de horas en el amanecer) licenció para siempre el vasto colegio ilusorio y se quedó con un solo alumno. Era un muchacho taciturno, cetrino, díscolo a veces, de rasgos afilados que repetían los de su soñador. No lo desconcertó por mucho tiempo la brusca eliminación de los condiscípulos; su progreso, al cabo de unas pocas lecciones particulares, pudo maravillar al maestro. Sin embargo, la catástrofe sobrevino. El hombre, un día, emergió del sueño como de un desierto viscoso, miró la vana luz de la tarde que al pronto confundió con la aurora y comprendió que no había soñado. Toda esa noche y todo el día, la intolerable lucidez del insomnio se abatió contra él. Quiso explorar la selva, extenuarse; apenas alcanzó entre la cicuta unas rachas de sueño débil, veteadas fugazmente de visiones de tipo rudimental: inservibles. Quiso congregar el colegio y apenas hubo articulado unas breves palabras de exhortación, éste se deformó, se borró. En la casi perpetua vigilia, lágrimas de ira le quemaban los viejos ojos.

Comprendió que el empeño de modelar la materia incoherente y vertiginosa de que se componen los sueños es el más arduo que puede acometer un varón, aunque penetre todos los enigmas del orden superior y del inferior: mucho más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara. Comprendió que un fracaso inicial era inevitable. Juró olvidar la enorme alucinación que lo había desviado al principio y buscó otro método de trabajo. Antes de ejercitarlo, dedicó un mes a la reposición de las fuerzas que había malgastado el delirio. Abandonó toda premeditación de soñar y casi acto continuo logró dormir un trecho razonable del día. Las raras veces que soñó durante ese período, no reparó en los sueños. Para reanudar la tarea, esperó que el disco de la luna fuera perfecto. Luego, en la tarde, se purificó en las aguas del río, adoró los dioses planetarios, pronunció las sílabas lícitas de un nombre poderoso y durmió. Casi inmediatamente, soñó con un corazón que latía.

Lo soñó activo, caluroso, secreto, del grandor de un puño cerrado, color granate en la penumbra de un cuerpo humano aun sin cara ni sexo; con minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas noches. Cada noche, lo percibía con mayor evidencia. No lo tocaba: se limitaba a atestiguarlo, a observarlo, tal vez a corregirlo con la mirada. Lo percibía, lo vivía, desde muchas distancias y muchos ángulos. La noche catorcena rozó la arteria pulmonar con el índice y luego todo el corazón, desde afuera y adentro. El examen lo satisfizo. Deliberadamente no soñó durante una noche: luego retomó el corazón, invocó el nombre de un planeta y emprendió la visión de otro de los órganos principales. Antes de un año llegó al esqueleto, a los párpados. El pelo innumerable fue tal vez la tarea más difícil. Soñó un hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se incorporaba ni hablaba ni podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido.

En las cosmogonías gnósticas, los demiurgos amasan un rojo Adán que no logra ponerse de pie; tan inhábil y rudo y elemental como ese Adán de polvo era el Adán de sueño que las noches del mago habían fabricado. Una tarde, el hombre casi destruyó toda su obra, pero se arrepintió. (Más le hubiera valido destruirla.) Agotados los votos a los númenes de la tierra y del río, se arrojó a los pies de la efigie que tal vez era un tigre y tal vez un potro, e imploró su desconocido socorro. Ese crepúsculo, soñó con la estatua. La soñó viva, trémula: no era un atroz bastardo de tigre y potro, sino a la vez esas dos criaturas vehementes y también un toro, una rosa, una tempestad. Ese múltiple dios le reveló que su nombre terrenal era Fuego, que en ese templo circular (y en otros iguales) le habían rendido sacrificios y culto y que mágicamente animaría al fantasma soñado, de suerte que todas las criaturas, excepto el Fuego mismo y el soñador, lo pensaran un hombre de carne y hueso. Le ordenó que una vez instruido en los ritos, lo enviaría al otro templo despedazado cuyas pirámides persisten aguas abajo, para que alguna voz lo glorificara en aquel edificio desierto. En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó.

El mago ejecutó esas órdenes. Consagró un plazo (que finalmente abarcó dos años) a descubrirle los arcanos del universo y del culto del fuego. Íntimamente, le dolía apartarse de él. Con el pretexto de la necesidad pedagógica, dilataba cada día las horas dedicadas al sueño. También rehizo el hombro derecho, acaso deficiente. A veces, lo inquietaba una impresión de que ya todo eso había acontecido... En general, sus días eran felices; al cerrar los ojos pensaba: Ahora estaré con mi hijo. O, más raramente: El hijo que he engendrado me espera y no existirá si no voy.

Gradualmente, lo fue acostumbrando a la realidad. Una vez le ordenó que embanderara una cumbre lejana. Al otro día, flameaba la bandera en la cumbre. Ensayó otros experimentos análogos, cada vez más audaces. Comprendió con cierta amargura que su hijo estaba listo para nacer -y tal vez impaciente. Esa noche lo besó por primera vez y lo envió al otro templo cuyos despojos blanqueaban río abajo, a muchas leguas de inextricable selva y de ciénaga. Antes (para que no supiera nunca que era un fantasma, para que se creyera un hombre como los otros) le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje.

Su victoria y su paz quedaron empañadas de hastío. En los crepúsculos de la tarde y del alba, se prosternaba ante la figura de piedra, tal vez imaginando que su hijo irreal ejecutaba idénticos ritos, en otras ruinas circulares, aguas abajo; de noche no soñaba, o soñaba como lo hacen todos los hombres. Percibía con cierta palidez los sonidos y formas del universo: el hijo ausente se nutría de esas disminuciones de su alma. El propósito de su vida estaba colmado; el hombre persistió en una suerte de éxtasis. Al cabo de un tiempo que ciertos narradores de su historia prefieren computar en años y otros en lustros, lo despertaron dos remeros a medianoche: no pudo ver sus caras, pero le hablaron de un hombre mágico en un templo del Norte, capaz de hollar el fuego y de no quemarse. El mago recordó bruscamente las palabras del dios. Recordó que de todas las criaturas que componen el orbe, el fuego era la única que sabía que su hijo era un fantasma. Ese recuerdo, apaciguador al principio, acabó por atormentarlo. Temió que su hijo meditara en ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo! A todo padre le interesan los hijos que ha procreado (que ha permitido) en una mera confusión o felicidad; es natural que el mago temiera por el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por rasgo, en mil y una noches secretas.

El término de sus cavilaciones fue brusco, pero lo prometieron algunos signos. Primero (al cabo de una larga sequía) una remota nube en un cerro, liviana como un pájaro; luego, hacia el Sur, el cielo que tenía el color rosado de la encía de los leopardos; luego las humaredas que herrumbraron el metal de las noches; después la fuga pánica de las bestias. Porque se repitió lo acontecido hace muchos siglos. Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.