miércoles, 6 de enero de 2010
Inteligencia Sexual
Para empezar el año con buenos propósitos ;-)
Está claro que la sexualidad, y el sentirse plenamente realizados en este plano, va más allá de unas cuantas técnicas más o menos originales, y de algunos que otros pintorescos ejercicios de aprendizaje para practicarlos en el encuentro íntimo de la pareja. La clave de una sexualidad feliz no reside en lo que sucede en la cama, sino en lo que pasa por la cabeza de los que están en la cama. (Psychologies. Julio – agosto 2002. París. p. 64).
Dos psicólogos americanos – Sheree Conrad y Michael Milburn – acaban de publicar un libro titulado: Inteligencia sexual (Ed. Planeta. 2002. Barcelona). Defienden la teoría según la cual, por muy raro que parezca asociar la palabra inteligencia a la palabra sexualidad, en este campo también existen los bien dotados o inteligentes, y los torpes o tontos. Hay, en efecto, personas que viven muy en armonía con sus sentimientos y deseos, y otras que no saben qué hacer, que no se manejan bien en el campo de la sexualidad, de la relación de pareja. Estas últimas son las personas torpes o poco inteligentes en el plano de la sexualidad, las cuales muy fácilmente se inhiben, reprimen, o se confunden en el manejo de sentimientos. Estos son los hombres y mujeres que por culpa de su mala formación y educación sexual no saben distinguir si lo que les vincula a la otra persona es un verdadero amor, o una simple necesidad de satisfacer la atracción sexual, llenar algún vacío afectivo que se arrastra desde muy atrás, o incluso, la necesidad de huir de la soledad.
Los autores citados hablan de lo importante que es para vivir una sexualidad verdaderamente humana, que contribuya al crecimiento personal, llegar al conocimiento profundo de uno mismo. Ello supone ser capaces de superar mitos, estereotipos culturales, falsas creencias y actitudes que deforman la sexualidad. Supone conocer qué es lo que se esconde en uno mismo cuando nos enfrentamos a nuestros deseos y sentimientos referidos a la sexualidad. Para llegar a esto, nuestros autores proponen tres pistas que ayudan al conocimiento del Yo sexual de cada uno:
1. Cuidado con los estereotipos culturales.
En la sexualidad hay muchas cosas que son sólo culturales, y no van insertas en la naturaleza humana como tal. Una de ellas, por ejemplo, es la que se refiere a las vestimentas. No hay nada inscrito en el ser hombre, o en el ser mujer, que se refiera a la forma de vestir, o incluso de no vestir. Por eso, conocemos culturas donde hombres y mujeres visten de una manera muy distinta a como lo hacen en otras culturas; e igualmente, conocemos otras culturas donde lo normal y natural es andar desnudos. Lo mismo ocurre en lo referido a las zona erógenas del cuerpo: no está claro que hombres y mujeres de todas las culturas respondan de la misma manera a la estimulación recibida en idénticas partes del cuerpo. No digamos, por lo obvio, el diferente trato que se da en las distintas culturas al hecho de la homosexualidad tanto femenina como masculina. De hecho, según la antropóloga M. Mead, parece que el único tabú sexual que sería universal, idéntico en todas las culturas, sería el tabú del incesto. En todo lo demás, el tema cultural particular (preferencias y costumbres de cada civilización en torno a lo sexual) predomina sobre lo universal.
Por eso es importante que los hombres y mujeres de hoy estén dispuestos a liberarse de algunos clichés culturales, que son falsos, que no dicen la verdad acerca de la vida sexual, pero que al ser creídos por mucha gente, hacen daño. Uno de estos clichés es la creencia de que los encuentros sexuales surgen de golpe, como por arte de magia, que son de fácil desarrollo, y que llevan a la felicidad más absoluta. Es lo que presentan ciertas escenas de alguna películas. Además, dan a entender que la convivencia sexual se desarrolla sola, que evoluciona favorablemente, que no cuesta trabajo, y que jamás presenta inconvenientes: se puede hacer el amor numerosas veces al día, con máximo apasionamiento, con resultados insospechados de placer, en los lugares más increíbles (hasta en el ascensor), y así permanecer por los siglos de los siglos.
Al contrario, la teoría de la “Inteligencia sexual” dice que es necesario superar esos clichés para no caer en actitudes ingenuas. Esta teoría enseña que para llegar a la plenitud sexual es necesario primero adquirir una educación y formación sexual que no termina nunca. Es una educación que pasa por la buena instrucción (conocimiento de la realidad sexual humana en todos sus aspectos, formación holística), y por la adquisición de aptitudes, actitudes y conductas, que requieren autodisciplina y esfuerzo. La felicidad sexual no es cuestión de suerte, de belleza, o de sex-appeal. Ella depende de la manera de ser de cada uno, de las aptitudes que se pueden adquirir durante el tiempo, y que se pueden mejorar, educar, controlar, dominar. Es todo un arte, y las artes no se improvisan.
2. Tomar conciencia del Yo sexual íntimo.
Una vez superados o eliminados los mitos y clichés culturales hay que trabajar los personales. Hay que ser honrados con uno mismo. Cada uno de nosotros acarrea luces y sombras, aciertos y desaciertos, que vienen desde nuestros primeros años de vida, y desde nuestras experiencias adolescentes. ¿Cómo fue el aprendizaje que recibí en el terreno sexual? ¿Cómo se hablaba en mi casa acerca del tema? ¿Qué me dijeron o qué callaron mis padres acerca de estos asuntos? ¿Cuáles han sido mis miedos y temores sexuales, mis complejos? ¿Los he superado felizmente; están ahí todavía? ¿Cuáles han sido mis buenas o malas experiencias en todo esto? ¿He sido afortunado/a por la educación que he recibido, por las experiencias vividas, o al contrario, me considero entre los desafortunados? ¿Cuáles son mis traumas, trancas, represiones, inhibiciones, vergüenzas? ¿Cómo ocurrió y qué ocurrió la “primera vez”? Etc. etc. etc. Podríamos estar casi “ad infinitum” haciéndonos una y mil preguntas en el campo personal de cada uno, referidas al tema de la sexualidad.
Una persona sexualmente inteligente sabe que lo que atañe a su modo de vivir la sexualidad se ha ido gestando sobre la complicada trama de una red de asociaciones mentales, relacionadas con nuestras vivencias y experiencias. No es fácil distinguir unos sentimientos de otros, y hay que tener claros los criterios básicos que nos llevan a un buen discernimiento en materia de relación de pareja. A adquirir esos criterios ayuda la inteligencia sexual.
3. Relacionarse con los demás.
Es curioso, pero para adquirir una buena habilidad y dominio en el campo de la sexualidad, tanto en lo que se refiere a la relación de pareja como consigo mismo, es necesario abrirse a los demás. La sexualidad es, por definición, una llamada a compartir, a salir de sí mismo, a amar gratuitamente. La sexualidad del individuo replegado sobre sí mismo no pasaría de ser una estéril experiencia masturbatoria infantil, o un egoísmo de a dos, como diría Saint – Exupèry, en el caso de una pareja cerrada sobre sí misma. Sólo se expande, se desenvuelve, y se hace fecunda, la sexualidad de aquellas personas que saben vivir de cara a los demás.
Una pareja no abierta a los demás está condenada a sucumbir en su propia rutina. Tiene, por cierto, que encontrar sus ratos de intimidad y confidencialidad, sus ratos íntimos de vida privada; pero si no encontrara también los ratos de compartir, de abrirse a los demás para de esa manera socializar su amor, esa pareja estaría condenada al fracaso de ese su amor y de su vida sexual. Una sexualidad que se irradia, al igual que el amor, no se puede encerrar en sí misma; por eso los amores absorbentes y posesivos no dan resultado, son asfixiantes, y acaban por ahogar a sus protagonistas, que son a la vez sus víctimas. Son amores que matan.
Una sexualidad inteligente es también una sexualidad oyente, que sabe escuchar al otro; que le sabe escuchar en sus palabras, pero también en sus gestos y en sus silencios. Sabe escuchar al otro, y por eso sabe también hablar al otro, hablarle al corazón: sus protagonistas saben hablar de su propia intimidad, y ello les permite darse a conocer de mejor manera, en sus anhelos, temores, deseos, y expectativas hacia el otro. Esa idea de que nuestros problemas sexuales son indecibles o impronunciables forma también parte de los mitos que hay que combatir. Cierto: hay que saber discernir para tener claro que esos problemas son muy íntimos, de cada uno, y que por lo tanto no se pueden decir a cualquier persona y en cualquier momento. Pero es conveniente hablar de ellos a la persona adecuada y en el momento adecuado. Esa es una comunicación liberadora. ¿Es siempre la propia pareja la persona adecuada para estas confidencias? Sería lo ideal, pero por desgracia, muchas veces no es así. He ahí el discernimiento necesario de cada uno para poder saberlo.
TEST DE INTELIGENCIA SEXUAL
Este test está pensado para aquellas personas que tienen experiencia de relación conyugal o de pareja estable, pero también pueden realizarlo con provecho las personas que no tienen esa relación. Basta con que cada uno/a asuma la respuesta que le parece más lógica para él/ella. Como en todos los tests de personalidad, se trata de ser honesto consigo mismo.
1. Hablar de tu sexualidad con tu pareja, te ocurre:
A- Siempre, para hacerle comprender lo que me gusta, y porque me parece excitante. Así de simple.
B- A veces. Sobre todo para decirnos el uno al otro lo que más nos gusta.
C- Muy raramente. Sólo cuando las cosas no andan bien.
D- No tenemos necesidad de hacerlo. Hacemos el amor, y basta; no hace falta disertar acerca de eso.
2. De un tiempo a esta parte estás sintiendo menos deseos hacia él/ella. ¿Cómo reaccionas?
A- Hablo con él/ella.
B- Se lo hago comprender, pero sin hablar claramente.
C- Espero tranquilamente a que eso se arregle solo.
D- Trato de buscarme otra pareja.
3. Tu mejor amigo/a te dice: parece que las cosas no van muy bien entre Uds. El/ella tiene razón: sexualmente están Uds. atravesando un desierto. ¿Qué le respondes?
A- Nada. Yo jamás hablo de mi vida sexual con nadie.
B- Yo no le contaría nada, a no ser que las cosas anden francamente mal.
C- Me confiaría e él/ella, porque es la única persona a la que puedo contar casi todo lo que me pasa.
4. Un/a adolescente te pide consejo en materia de sexualidad. ¿Cómo reaccionas?
A- Le digo que no tenga relaciones sexuales demasiado pronto.
B- Le explico cómo protegerse de las ETS (enfermedades de transmisión sexual), y del embarazo no deseado.
C- Le aconsejo algunos libros de educación sexual.
D- Trato de recordar cómo era yo a esa edad, y de comprender lo que realmente este/a adolescente necesita saber ahora, para hablarle de lo que la vida me ha enseñado.
5. Tú no tienes ganas de hacer el amor, pero él/ella insiste. ¿Qué harás?
A- Jamás cedo si yo no tengo deseos.
B- Acepto con tal de que haya paz, pero no siento ningún placer.
C- Termino por ceder si es que él/ella se las arregla para entusiasmarme.
D- Acepto, simplemente porque me agrada causarle placer.
6. Acabas de conocer a la otra persona; te sientes enamorado/a a primera vista, y esperas que va a ser una relación durable. ¿Cuándo haces el amor?
A- Prefiero esperar hasta conocerle mejor.
B- Le pido hacer el amor a la primera o segunda salida juntos.
C- Inmediatamente. No hay que perder el tiempo.
7. ¿Qué piensas de la “reconciliación en la cama”?
A- Pienso que hacer el amor no soluciona los problemas ni desacuerdos.
B- Cuando estamos enojados, hacemos el amor para evitar hablar.
C- El sexo hace bajar la tensión cuando andamos mal.
D- Prefiero hacer el amor cuando nuestros problemas ya han sido resueltos.
8. ¿Cuándo piensas tú en el sexo?
A- Casi continuamente.
B- Todos los días, varias veces al día. El sexo es para mí una parte importante de la vida.
C- Alguna vez, pero sólo me pasa cuando no tengo nada que hacer.
D- Sólo cuando siento la necesidad de hacer el amor.
9. El/ella te pide una práctica sexual que te desagrada profundamente. ¿Cómo reaccionas?
A- Acepto, pero sólo por dar placer a mi pareja.
B- Trato de comprender porqué a él/ella le agrada eso, mientras a mí me desagrada.
C- Un NO rotundo. Nada de andar haciendo cosas sólo porque al otro/a le gustan.
D- Me pregunto si estamos hechos el uno para el otro. Si insiste demasiado prefiero terminar la relación.
10. En general, después de hacer al amor, te sientes:
A- Sobre todo deprimido/a.
B- Con un cierto vacío interior.
C- Expansionado/a y en plenitud.
D- Normal.
11. Si tu fantasía favorita fuera la de hacer el amor con dos personas a la vez. ¿Se lo contarías a tu pareja?
A- Me horrorizaría sólo de pensar que alguien pudiera darse cuenta de lo que pasa por mi mente.
B- De ninguna manera quiero que mi pareja se dé cuenta; me sentiría pésimo.
C- No hablaría de esto, pero puede que resultara excitante contárselo.
D- Mi pareja conoce de sobra todas mis fantasías sexuales.
12. ¿Te sientes atraído por un tipo de hombre o mujer en especial?
A- Sí, siempre he tenido experiencias de amor con el mismo tipo de personas.
B- Sí, pero en mis experiencias amorosas no he elegido necesariamente personas de mi mismo tipo.
C- Yo puedo sentirme atraído/a por todo tipo de personas.
D- Jamás me he detenido a pensar si un determinado tipo de hombre o de mujer me atrae más que otro.
13. Si te vieras tentado/a a engañar a tu pareja, ¿Cómo ten sentirías ante ella?
A- Me sentiría mal ante la idea de que él/ella pudiera sufrir.
B- Me imagino que no me preocuparía de sus sentimientos.
C- Jamás seré infiel. Es algo contrario a mi idea de pareja.
D- Lo que me detendría es la posibilidad de que él/ella pudiera descubrirme
14. ¿De qué manera crees que tu físico cuenta en tu sexualidad?
A- Mi físico me acompleja, y eso cuenta mucho en mi sexualidad.
B- Cuando me siento amado/a supero todos mis complejos.
C- Creo que tengo poder de seducción, y eso favorece mi sexualidad.
D- Mis complejos deterioran completamente mi vida sexual.
15. Imagina que raramente sientes necesidad de hacer el amor cuando tu pareja lo desea, y eso te preocupa. ¿Cómo explicas esta falta de sintonía?
A- En materia de deseos hombres y mujeres nunca están en la misma longitud de onda.
B- Nunca soy capaz de mostrar mis deseos a la otra parte para despertar los suyos.
C- Nunca he encontrado mi media naranja.
D- Ese es el eterno problema: hombres y mujeres son el opuesto el uno del otro, y no hay nada que hacer.
16. Según tu parecer ¿qué relación existe entre sexo y amor?
A- Se puede amar a cualquier persona sin sentir deseo sexual hacia ella, y se puede sentir deseo hacia alguien sin necesidad de amarle.
B- Si ambos sienten gran deseo del uno hacia el otro es porque hay amor.
C- Pienso que es necesario estar enamorados para poder sentir deseo.
17. ¿De qué manera tus padres te hablaron del tema sexual?
A- Jamás tocaron el tema.
B- Se refirieron al tema pero siempre desde el aspecto moral.
C- Me hablaron en forma franca y positiva, aunque la cosa no era tan clara para ellos.
D- Se les veía más bien incómodos respecto esto, y no me dijeron gran cosa, pero me ofrecieron buenos libros sobre el tema.
18. Tú conoces tus fantasías sexuales, pero ¿conoces las de los demás?
A- Supongo que la mayoría de hombres y mujeres tiene fantasías parecidas a las mías.
B- No tengo ni idea de cuáles pueden ser las fantasías de los demás.
C- Pienso que las fantasías de los otros son más normales que las mías.
19. ¿Cómo crees que será tu vida sexual a los 70 años?
A- Falta mucho todavía; así es que no quiero ni pensarlo.
B- Espero que será tan buena como ahora.
C- Irá cada vez mejor. Estoy esforzándome para que así sea.
D- Ternura sobre todo.
20. “El sexo es bueno para la salud” ¿Qué piensas de esta afirmación?
A- El sexo no tiene nada que ver con la salud física. El que sea bueno o malo depende de la moral.
B- Es posible, pero no creo que esa afirmación se haya comprobado.
C- Sí, la ciencia ha probado que el sexo es bueno para la salud.
21. Los hombres y las mujeres.....
A- En general tienen dificultades para comprenderse.
B- En lo que a mí respecta nunca he comprendido su modo de actuar.
C- A pesar de las diferencias, hombres y mujeres se comportan de la misma manera.
RESULTADOS
No leer hasta haber contestado el test por completo.
Suma el total de los puntos obtenidos, observando que algunos items contienen puntajes negativos. Resultado máximo posible: 100 puntos.
1. A = 5 B = 4 C = 1 D = -5 =
2. A = 5 B = 3 C = 0 D = -6 =
3. A = -4 B = 1 C = 5 =
4. A = -5 B = 1 C = 1 D = 5 =
5. A = 0 B = -3 C = 5 D = -5 =
6. A = 5 B = 1 C = -5 =
7. A = 5 B = 1 C = -5 D = 5 =
8. A = -3 B = 5 C = -3 D = -5 =
9. A = -1 B = 5 C = -1 D = -3 =
10. A = -3 B = -1 C = 5 D = -1 =
11. A = -5 B = -3 C = 5 D = 3 =
12. A = 0 B = 1 C = 2 D = -1 =
13. A = 5 B = -5 C = -2 D = -5 =
14. A = -3 B = 0 C = 5 D = -5 =
15. A = 0 B = 5 C = -4 D = -5 =
16. A = 5 B = 0 C = -5 =
17. A = -3 B = -5 C = 5 D = 4 =
18. A = 5 B = 0 C = -5 =
19. A = -4 B = 2 C = 5 D = -2 =
20. A = -1 B = 0 C = 3 =
21. A = 5 B = 0 C = 0 =
TOTAL =
------------------------------------
Si tienes más de 85 puntos:
Muy bien. Significa que te conoces bien y que te aceptas tal como eres. Te sabes comunicar, y tus conocimientos en materia de sexualidad están a punto. Así podrás llevar a cabo una vida afectiva y sexual con entusiasmo y gozo.
Si tienes entre 70 y 85 puntos:
Bien; posees un buen nivel de inteligencia sexual, aunque como todo el mundo, también tienes algunos puntos débiles. Pon atención en aquellos items donde has bajado más el puntaje, para corregirte y poder superarte. Ya sabes que la formación y educación sexual siempre se puede mejorar, y que la relación más abierta con los demás puede cultivarse. Lo más delicado es aprender a conocer el propio Yo sexual profundo.
Si tienes entre 60 y 70 puntos:
Ya sabes que tu inteligencia sexual depende de tantas cosas que han sucedido en tu vida, muy especialmente de cómo fuiste educado en este campo desde la infancia, y sobre todo, de la manera como tú mismo fuiste buscando y encontrando información sobre el tema. No siempre la información que recibimos y el modo como la hemos recibido es la mejor. Procura aprender a aceptar tus deseos y los de los demás para que crezcas en autoestima, y para subir el nivel de respeto a ti mismo y al otro. Reprimir o no asumir experiencias no felices en esta materia significa no superarlas nunca; sólo sabiendo aceptarnos a nosotros mismos con humildad y verdad somos capaces de crecer en libertad y amor.
Si tienes menos de 60 puntos:
Tienes que hacer progresos y proponerte algunas importantes tareas. Si el test lo has respondido bien, y la información que te entrega sobre ti mismo es exacta, quiere decir que no has tenido una buena formación y educación sexual. Ha habido factores en tu vida que no han contribuido a tu buen desarrollo en este terreno, y nada pasa porque lo aceptes, pues tú no eres responsable de ello. Ya sabes que sólo la verdad nos hace libres. Además la inteligencia sexual no es innata ni de tipo genético, es adquirida y cultivada, de modo que tú puedes esforzarte por llegar a conseguir las aptitudes que necesitas. El hecho de que hayas contestado este test con toda sinceridad, ya es un punto importante a tu favor, pues quiere decir que te has propuesto el desarrollo de tu personalidad en crecimiento integral.
ANÁLISIS DE LOS ITEMS
Para no invalidar el test, esta parte sólo se puede leer una vez respondido el mismo, y obtenido el correspondiente puntaje.
1. Hablar de tu sexualidad con tu pareja....
Una palabra oportuna, una conversación sincera y sencilla sobre el tema sexual, realizada con dignidad y buen criterio con la persona amada, es señal de buena salud sexual. Ayuda a superar prejuicios y borrar estereotipos malsanos.
2. De un tiempo a esta parte estás sintiendo menos deseos hacia él/ella. ¿Cómo reaccionas?
Si has respondido C quiere decir que no estás dispuesto a esforzarte para arreglar las cosas; esperando que el problema se arregle solo te expones a que se empeore más todavía. Si has respondido D quiere decir que si alguna vez hubo amor entre Uds., este ya ha muerto, al menos por tu parte.
3. Tu mejor amigo/a te dice: parece que las cosas no van muy bien entre Uds. El/ella tiene razón: sexualmente están Uds. atravesando un desierto. ¿Qué le respondes?
Es bueno saber buscar y recibir ayuda, pues gracias a un prudente y discreto interlocutor, podemos encontrar las respuestas adecuadas y desapasionadas que necesitamos. Hay que ser inteligentes para saber en quién podemos confiar.
4. Un/a adolescente te pide consejo en materia de sexualidad. ¿Cómo reaccionas?
Lo mejor es hablar con sinceridad de lo que tú has vivido y experimentado y tratar de ponerte en el lugar del otro. A un adolescente no le conmueven los consejos teñidos de moralina si no van acompañados de un convincente testimonio personal.
5. Tú no tienes ganas de hacer el amor, pero él/ella insiste. ¿Qué harás?
La inteligencia sexual requiere un buen equilibrio en las relaciones interpersonales. No todas las personas lo logran a la primera. No se trata de decir SÍ a todo lo que proponga la otra parte, si tú así no lo deseas, pero también es necesario aprender a aceptar y no rechazar al otro. ¡Equilibrio!
6. Acabas de conocer a la otra persona; te sientes enamorado/a a primera vista, y esperas que va a ser una relación durable. ¿Cuándo haces el amor?
Hacer el amor muy pronto contribuye a crearse falsas ilusiones, especialmente la de pensar que la relación iniciada es seria y basada en un profunda intimidad. La experiencia enseña lo contrario: muchas de estas experiencias han sido tristes experiencias, pues han carecido de base sólida. Lo mejor es esperar a conocerse mejor y crecer en la calidad de sentimientos.
7. ¿Qué piensas de la “reconciliación en la cama”?
La intimidad sexual puede arreglar los conflictos pero no es lo más común. Es preferible llegar a la reconciliación por medio de diálogo antes que a la cama. Rencores, malentendidos, rabias, frialdad anímica, no son compatibles con una diáfana intimidad sexual. Antes, libérate de los conflictos.
8. ¿Cuándo piensas tú en el sexo?
Lo normal en psicología nunca está en los extremos. Pensar continuamente en el sexo es una obsesión, y las obsesiones son malsanas; nunca pensar en el sexo es signo de alguna represión, pues la sexualidad es constitutiva de nuestra personalidad. Es normal pensar en el tema sin obsesionarse con el tema.
9. El/ella te pide una práctica sexual que te desagrada profundamente. ¿Cómo reaccionas?
Si tú dices SÍ sólo por causar placer a la otra parte, o porque te da miedo decir NO, tú no te respetas a ti mismo. Si das un NO rotundo sin tratar de comprender a tu pareja, te alejas de ella, y quizá la juzgues precipitadamente. Lo ideal es reflexionar sobre el asunto y conversarlo abiertamente entre los dos. La buena respuesta es la B.
10. En general, después de hacer al amor, te sientes....
A juzgar por los estudios realizados a partir de numerosas encuestas, no siempre la relación sexual es una máxima plenitud, pero sentirse habitualmente deprimido después de la intimidad sexual es preocupante porque es síntoma de algo que no funciona bien. Es posible que en tu historia haya vivencias nada felices en este campo, o que se hayan instalado en tu subconsciente algunos traumas, represiones, trancas, etc, que es necesario superar; también es posible que tengas problemas con la relación actual que no has sabido encarar todavía. Tienes que ponerte en campaña para vencer cualquier obstáculo que está bloqueando tu buen hacer sexual.
11. Si tu fantasía favorita fuera la de hacer el amor con dos personas a la vez. ¿Se lo contarías a tu pareja?
La imaginación, decía Santa Teresa de Ávila, es la loca de la casa. Hay fantasías locas, y nadie tiene porqué avergonzarse de sus fantasías, pues la loca de la casa anda suelta. Las fantasías sexuales sirven a veces de poderoso estímulo en la convivencia conyugal y de pareja, pero nadie tiene obligación de andar contando a los demás, ni siquiera a sus más íntimos, los secretos de su fantasía. Depende de la manera de ser de las personas: nunca habrá una pareja igual a otra. Hasta en la relación más íntima de pareja siempre hay que saber respetar la individualidad y espacio privado de cada uno.
12. ¿Te sientes atraído por un tipo de hombre o mujer en especial?
Es natural que todos nosotros, a causa del ambiente familiar o de ciertas vivencias del pasado, nos sintamos especialmente atraídos por un determinado tipo de personas; pero no hay que dejarse esclavizar por esas tendencias.
13. Si te vieras tentado/a a engañar a tu pareja, ¿Cómo ten sentirías ante ella?
Cuando alguien evita hacer algo sólo por miedo a ser sorprendido, demuestra una gran inmadurez ético – afectiva. Su comportamiento es de tipo infantil, regido por una moral heterónoma y no autónoma; no es una persona digna de confianza. La inteligencia sexual consiste en pensar en el otro, ser capaz de ponerse en su lugar, y comprender por lo tanto, el impacto que podría ocasionar en él una conducta mía.
14. ¿De qué manera crees que tu físico cuenta en tu sexualidad?
La capacidad de amar supone actuar con tal confianza y libertad que no caben ahí los complejos por defectos físicos. Para poder amar es necesario primero ser capaz de amarse a sí mismo y poseer un adecuado nivel de autoestima. Sólo se ama a sí mismo quien se conoce bien, se acepta, y rompe cualquier clase de estereotipos esclavizadores.
15. Imagina que raramente sientes necesidad de hacer el amor cuando tu pareja lo desea, y eso te preocupa. ¿Cómo explicas esta falta de sintonía?
Es verdad que existen diferencias entre hombre y mujer pero no son tan importantes como lo que la gente imagina. Estas diferencias y sus consecuencias pueden superarse con un franco y abierto diálogo.
16. Según tu parecer ¿qué relación existe entre sexo y amor?
Puede haber un gran e intenso deseo sexual recíproco sin que ello signifique que exista amor entre esas personas. Por eso en toda relación de pareja es necesario saber distinguir bien los diversos sentimientos y deseos para poder apreciar el significado de cada uno.
17. ¿De qué manera tus padres te hablaron del tema sexual?
La mayoría de los padres hace las cosas lo mejor que saben o pueden hacerlo, pero en el tema sexual son muchos los que confiesan que se sienten incómodos al tratarlo con sus hijos, y repiten frecuentemente con estos las mismas pautas de comportamiento que recibieron de sus respectivos padres. No conviene juzgar a los padres por las omisiones o deformaciones cometidas pero hay que aprender a no repetir sus pautas si no fueron las adecuadas.
18. Tú conoces tus fantasías sexuales, pero ¿conoces las de los demás?
Todos estamos llenos de fantasías eróticas; forman parte de nuestro constructo sexual, y se parecen mucho unas a otras. ¿Podemos calificarlas de normales o anormales? ¿Con qué criterio?
19. ¿Cómo crees que será tu vida sexual a los 70 años?
No es fácil imaginarse a uno mismo proyectándose hacia un futuro determinado, sobre todo si nos parece que falta mucho tiempo para eso, y a muchos jóvenes les parece complicado fantasear haciendo el amor en la ancianidad; les parece que a esa edad sólo puede haber ternura pero sin implicaciones físicas. Sin embargo hoy sabemos que el sexo no tiene edad[2], y que muchos ancianos practican satisfactoriamente su intimidad sexual.
20. “El sexo es bueno para la salud” ¿Qué piensas de esta afirmación?
Es cierto y está comprobado, que el sexo, vivido y realizado de acuerdo a las exigencias del crecimiento integral, es bueno para la salud física y psíquica.
21. Los hombres y las mujeres.....
En general tienen dificultades para entenderse bien, pero no se trata de diferencias fundamentales. Si existe buena comunicación y mutua confianza, esos escollos se superan y puede lograrse una complementación muy satisfactoria.
[1] Psychologies. Julio – agosto 2002. Paris. pp. 62 – 69.
[2] Puerto, Cosme. 1995: El sexo no tiene edad; cómo aman las personas mayores. Temas de Hoy. Madrid.
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