domingo, 9 de diciembre de 2012

El silencio del gato

El sol está poniéndose en el horizonte, sentado en el sillón junto a la estufa lo miro partir dejando su estela tornasolada en las escasas nubes. Mis pensamientos vuelan hacia todos los seres queridos que ya no están y el paralelo inevitable entre atardecer, devenir, partir y ausencia se instala en mi interior buscando un hueco donde anidar poemas, nostalgia y reflexiones. Años, siglos, quizás milenios, la misma imagen se repite, con otros seres, otros idiomas, otras memorias, y sin embargo la misma transición de día a noche por todos admirada, me hace sentir cercano a sus vidas, muerte, historia, amor y sufrimiento. La noche avanza, algunas estrellas se hacen ver tras la partida de la luz que todo lo ocultaba, el cielo se hace profundo, se vuelve inmenso, las dimensiones explosionan en todas direcciones y en mi interior resuena el eco turbándome en la incógnita que se instala, sin palabras, sin aliento, los dos espacios crecen, dentro y fuera, suspendidos en la frontera de la piel, como una hoja presta a desprenderse del árbol del conocimiento. El gato salta a mi regazo, planta sus ojos en mi rostro, no se si entiende, si forma parte del enigma, me mira y yo le miro, los dos parecemos compartir un no se que en la mirada, quizás esa pregunta que no llega a formularse, esa intuición de percibir la presa cerca, ese anhelo de cazar, pregunta con respuesta. El móvil me arrebata de este estado, vuelvo a mi rol aquí y ahora, y tras colgar no puedo evitar volver al gato y preguntarle ¿tu lo entendiste? Y su respuesta fue la misma que la de otros seres...

domingo, 4 de noviembre de 2012

Aguila soy


Aguila soy, y a mis cóngeneres observo,
no en competencia absurda
de sus capacidades anodinas
sino mas bien en esperanza
de compartir el vuelo peregrino
que la armonía, en la distancia, otorga.
La sangre de mis venas se desborda,
y el grito mientras caigo,
veloz hacia la presa, se desgarra
y en el instante en que mi ser atrapa,
soy atrapado, devoro y devorado.
Pequeña es la morada de la razón obtusa,
más pequeño es el espacio del saber
y áun minúscula es la cárcel del deber....
SER y no ser nada,
pero ser en el disfrute de un momento
en el que el alma, si acaso existe,
se siente viva en medio del tormento,
es SER, sabiendo compartida,
la incertidumbre de verse en el espejo,
de otras almas reflejada:
la misma llama,
el mismo aliento,
la misma esencia,
el mismo anhelo,
el mismo vuelo hacia la nada....,
que nos espera acongojada,
sabiendo que el vacio,
la nula dimensión que nos absorve
jamas sera llenada....

martes, 11 de septiembre de 2012

Autoengaño

Anhelamos objetivos tardíos,
ilusiones vanas
en la senda del devenir,
hoy armamos las maletas
que mañana deshacemos...

Abrimos y cerramos puertas
permaneciendo en el laberinto,
del sin vivir.
Cada nuevo recinto
es un salón de espejos
de otros recintos,
de previas moradas
de previos intentos,
de previos engaños.

Nos aferramos a la ilusión del cambio,
porque tememos al cambio real.
La libertad requiere valor
valor que la costumbre desgasta,
costumbre cebada por la comodidad
comodidad que impulsa a la inercia
inercia que lleva a la muerte,
muerte del corazón que apaga
la chispa que señalaba
la libertad en la única puerta
que la razón negaba.

jueves, 3 de mayo de 2012

El sendero ineluctable



La marcha cotidiana, desde el amanecer hasta el ocaso,
el día a día abandonando el lecho al que tornamos
es geométricamente circular..
Como en la noria, creemos avanzar y damos vueltas,
mas sin embargo, nuestras acciones directas o indirectas
destilan alimento, agua y vida
nutriendo, sin saberlo, a otras almas
que atadas a otras norias
intuyen la euclidea paradoja sabiendo que
el único sendero recto es interior en cada uno...

lunes, 19 de marzo de 2012

Mientras navego


Es el espacio que no ocupo el que orienta y da sentido a mi vivir?. El navegante no recorre sendas terrestres, firmes y asfaltadas, sus rutas son imaginarias, las circunstancias de vientos y mareas tuercen sus rumbos, sin embargo son tan precisas como los caminos del peregrino. Al igual que al escuchar una tonada conocida acompañamos su trayecto en armonia con las notas y la letra, lo mismo pasa cuando reconocemos gestos y miradas como ecos de un saber que se desvela al avanzar. No es lo mismo mirar el rio fluir que fluir dentro del rio, como tampoco es lo mismo ver las fotos de los que amamos pudiendo nadar en sus brazos.
La plata de las canas y las arrugas en los rostros nos hablan de una historia que ha de repetirse renovada en cada ser, sagas pequeñas o grandes de encuentros y desencuentros entre cuerpos vivientes que comparten la pequeñez del instante con la grandeza del universo. Donde uno ve un rebaño de cabras y un pastor, para el pastor son nombres, temperamentos, aprendizaje y guía. La simetría o asimetría de los puntos de vista son los mil y un rostros de nuestro ser a medida que devenimos hacia el oceano donde confluimos todos, rocío, lluvia, rios, manantiales, témpanos, geisers, mares y neblinas, la misma esencia en diferentes formas, corazón de una quimera que no cesa de transformarse y distinguirse siendo indistinguible su fin y origen. Como bien dijo Lao Tsé, lo que hace a la taza no es su forma sino la utilidad del vacío que en ella recide, y una vivienda lo es no por la solidez de su estructura sino por la oquedad de sus espacios, puertas y ventanas. No es absurdo entonces querer llenar un lugar en el mundo o en el corazón de otras personas? Miro al cielo, ausculto los vientos, y vuelvo a desplegar las velas, quizas algún día encuentre la respuesta...

miércoles, 18 de enero de 2012

Lapsus calami


Hondo, desde lo más hondo de mi mismo,
allí donde lo obscuro, lo sublime,
lo marchito y lo nasciente
hunden sus raices peregrinas
un huracán de ignotas energías se avecina,
como pequeños temblores o humaredas
que en las laderas del monte
la erupción del volcán advierten,
sube hasta mi pecho
una marea de confusos sentimientos.
Soy el que soy y el que he sido
y sin embargo
en mi propia dimensión me desconozco...
un caudal de angustia viene brotando
y se suma a la ansiedad de la tormenta...
Me descubro furioso y poderoso,
frente a mi mismo, asustado, incontenido...
En un instante, una eternidad,
desfilan ante mi familia, amigos, hijos,
padres abuelos, gobiernos, religiones,
camaradas, dolores y alegrías.
Toda mi vida, valles y montañas
recovecos de reposo y desiertos
desolados...
Ay!!! como duele este vacío existencial,
todo mi ser clama por ser
nada soy si Nada habita mi morada,
si no oigo esas pisadas
en los pasillos sin destino de mi ser.
Como un eco lejano de un reloj
mis latidos marcan el tiempo que se escurre,
un tiempo ocioso o una espera
en la que la sabiduria se adormece.
Ya no está en mi el niño mirando al cielo,
ni el adolescente que auscultaba el horizonte,
uno mira al otro y el otro al viejo
que mirando más allá de las paredes,
a tientas, medio a ciegas,
no mira nada... solo avanza...
entre escombros de vidas sin sentido...

viernes, 13 de enero de 2012



No son sonetos, ni alejandrinos
tampoco lucen con dulces trinos,
ni endecasílabos expectorantes
ni octosílabos acojonantes

La rima piden, piden la forma,
quizás requieran seguir la norma
tal vez sugieran estructurarse,
puede que a golpes encasillarse.

Que si no hay rima
no tiene estima,
que si no canta
tampoco encanta.

Habrán captado el contenido?
habrán palpado lo que es servido?
Tal vez lo absurdo tenga sentido
si encorsetado y bien vestido.

Libre es el verso, libre la prosa
no hay cadenas para la rosa
siglo tras siglo sigue amorosa
dando su aroma a quien la endiosa

Sutil metáfora de poesía,
perfuma la vida día tras día,
añora amores en las esquinas
rechaza a cerdos con sus espinas.

Lo mismo somos,
somos los mismos,
grietas en el abismo,
altares del estoicismo.

La flauta sin el aliento
es mero objeto decorativo
la forma sin lo que siento
es solo acto discursivo...

miércoles, 11 de enero de 2012

Gota de lluvia


Entre dos mundos y un mañana
que parte el tiempo con su línea
nuestros anhelos se reparten...
Frustración y éxito se incuban
por igual en la paciencia,
la mediocridad nace del arrebato.
El sendero que separa ambos abismos
es filoso cual navaja,
su recorrido hiere y deja huella,
trazado que transforma transmutando
peatón, ruta y viceversa.
Arcano de la vida,
escencia del sentido
de la flecha hacia la diana.
Gota de lluvia que duda
entre dar vida a una planta en el desierto
o fundirse nuevamente en el océano....

Frente al espejo



Las casas de nuestras infancias fueron palacios de fantasías y sueños, en los que cada recoveco se convertía en ámbito secreto para guardar nuestros tesoros. Parecían extenderse al infinito en sus pliegues inexpugnables de espacios misteriosos que los adultos ignoraban por haber perdido esa magia de ver más allá de lo evidente. La caja de cromos oculta detrás de los cajones del armario; el lápiz de colores entre pared y biblioteca, o el trozo de madera en lo alto del árbol del jardín, pasaban por ser objetos abandonados fortuitamente en lugares absurdos si caían en sus manos, pero representaban instrumentos de bucaneros, magos y aventureros que brotaban de nuestras mentes. Curiosidad que fue traspuesta en el impulso hacia la acción cuando salimos del hogar, cerrando atrás la puerta a nuestra infancia. Otros espacios, otras realidades, otras fronteras fueron desplegándose, nuevos tesoros, nuevas ilusiones y también nueva incomprensión de los mayores a nuestras actitudes. Luego con el tiempo, las dimensiones parecen congelarse, las fronteras reducirse, y precisamos gafas para entender lo que antaño sacudía nuestro asombro. Dejamos de explorar, no viendo más allá de nuestros ojos, estatuas devenimos aferrándonos a los usos y costumbres; poco a poco nos volvemos objetos opacos, sin brillo, deshechos molestos barridos a las trastiendas de los asilos que ya no son palacios y en los que la única fantasía y único anhelo es dormir sin despertar...